Siempre me puso una condición cuando me contaba secretos de alcoba. Yo le era fiel. Nos conocemos de toda la vida y he bebido de su sabiduría y no me importa reconocerlo. En el fútbol y en Telefónica pasó haciendo favores y ayudando a mucha gente que no le correspondió. Aparece en todos los grandes momentos del Almería como Agrupación y como Unión. Unas veces dentro y otras apoyando como un aficionado más. El que no haya llamado a Juan José Melero Marín que tire la primera piedra: como hombre de Telefónica siempre descolgaba y se ponía. Con una condición: “A mi no que saques”. Bebió de Paco Góngora para presidir el fútbol de Almería y se sentó en el sillón de su Pavía del alma. Se irá al otro mundo con una bandera del club arlequinado sobre su féretro. Yo conozco a Juan Melero y juego con ventaja y esta vez lo voy a sacar.

Fue el escudo protector de muchos presidentes que cuando se equivocaban lo lanzaban a las ‘fieras’ y se llevaba el linchamiento de la afición. Siempre a la sombra dejaba su huella en los clubes de la capital, además de hacer grandes a Poli Ejido y Mármol Macael. Hasta se atrevió con un Getafe de Primera y era miembro destacado en la Real Federación Española y Andaluza. Su hoja de servicios es extensa y todo trabajando las 8 horas reglamentarias cada día en Telefónica, para ‘criar’ a sus cuatro hijos a los que daba carrera. Hizo triunfar a Franco Navarro, ayudó a García Sánchez y le hizo a Guillermo Blanes un Almería en 24 horas. Templó la ansiedad de los empresarios del Mármol por hacer grande a su Atléti Macael y Gaby Hidalgo lo tuvo en el Poli Ejido como maestro para su ambicioso proyecto. Ayudando siempre al fútbol almeriense.

Telefónica

Cuando conocí a Juan Melero ni me acuerdo, porque forma parte de mi vida. Primero siendo yo socio del Almería y más tarde dedicado a la comunicación. Ya era uno de los jefes de Telefónica en Almería y su cargo le acercó a los almerienses. Siempre haciendo favores en tiempo récord atendía cualquier día de la semana y su poder era inmenso para solucionar problemas. Con un puro después de comer y una copa de brandy 1866 terminaban nuestras comidas en el Rincón de Pedro de Albox camino de Macael. Unas veces solos y otras con el inolvidable Floro Garrido. Pagaba yo porque vivía allí de domingo a viernes. Aprovechaba los viajes y hacía doblete: teléfonos y deporte. Cuando me compré la casa y necesitaba estar conectado no tardó ni un día: mantengo el número que me dio. Y Así con todo el mundo.

Pavía

Me contó lo que significa el club de la plaza en su vida y como llegó para siempre. Fue su presidente y confeccionaba las mejores juntas directivas. Siempre sonaban el ‘Tito’ Pedro y Joaquín García Vaquero y detrás estaba Melero. Una llamada de su club y se ponía firme y dispuesto a ayudar a sus niños del Pavía. Llegó a la Federación por ser directivo de este club y allí se quedaba para siempre. Una llamada de Melero era dinero para el Pavía y eso lo saben bien los mayores de la entidad. Siempre vinculado al club de sus amores sabiendo que nunca va a subir a Primera ni falta que le hace: ya lo hizo él por su club. Su Pavía es eterno.

AD Almería

Cuando Paco Góngora hizo el otro Almería de la gloria uno de los nombres que siempre sonó para su directiva fue el de Juan Melero pero no podía dejar a su Pavía y la Federación lo tenía en cartera. Era cuestión de tiempo y de la mano de Franco Navarro llegaba al club desempeñando diferentes cargos pero siempre fichando buenos jugadores y buena gente. Una máxima de Melero era que en el vestuario hubiera una familia y no quería estrellas. Aparece en toda la gloria de este club siendo el escudo protector de los presidentes cuando venían mal dadas. No le importaba. No tuvo queja pero con un puro en los dedos y su copa de 1866 me contaba cada cosa que: “Ni se te ocurra”, decía. Siempre se ha fiado de mi. No le he fallado.

Mármol Macael

Cuando los empresarios del Mármol se empeñaron en lanzar a su Atléti Macael al mando necesitaban una piedra angular. Lo venían intentado varias temporadas y no pararon hasta llevarlo al club y vivir su época dorada con Melero en la carretera. Nos cruzábamos por Tahal. El subiendo hacia las canteras y yo loco por volver a casa después de una semana en Albox. Siempre nos parábamos (íbamos al baño en plena naturaleza) y aliviada la vejiga cruzábamos dos palabras y cada uno a lo suyo. Quedábamos para el domingo. Viajábamos en mi Rover rojo con Roque Criado (su mano derecha) después de tomar los churros en el Kiosko Luis Marín. Si el coche hablara… Aquello acabó en Segunda División B y en Las Nieves y luego la Ciudad Deportiva se vio el mejor Mármol Macael de todos los tiempos.

Almería Ceefe

A Melero se le llamaba cuando no había solución. Un 15 de agosto después de ver imposible comprar el Poli Almería se le ocurre a Guillermo Blanes hacer un equipo para empezar la temporada 1989-90. Manolo García le dijo que había que llamar a Melero que en el Puerto de Roquetas descansaba y… Las llaves del coche y hasta altas horas de la madrugada no volvió sin antes dejar el equipo constituido a todos los niveles. Tenía que salir de su Pavía el Almería que ahora tenemos, y Blanes que ya lo conocía lo fichó en el acto, pero la Comarca del Mármol lo tenía ‘atado’ y tuvo que esperar. Acabada su etapa ‘marmolista’ regresó para devolver a la Liga Profesional al club de la capital: misión cumplida.

Poli Ejido

El gran problema de Juan Melero ha sido no saber decir que “no” a nadie, y cuando en el Poniente se vivían tiempos de gloria era llamado para un club que apuntaba a Primera, y daba gloria a toda la provincia en la división de plata. Gabriel Hidalgo le dio muchas competencias y como Melero daba la talla se metió de lleno en la Comisión Delegada de LaLiga y desde allí puso al Poli Ejido en lo mas alto. No era fácil en una categoría tan fuerte desempeñar su labor, porque había crecido mucho en Telefónica y no tenía tanto tiempo, pero supo ganarse a los hombres fuertes de El Ejido y dejar su huella en la entidad. Fueron años de esplendor para un gran club y se le recuerda con enorme cariño.

Federación

Estuvo al frente del balompié almeriense cuando se jugaba en campos de tierra. Siguió los pasos de dos grandes como Eduardo Gallart Baldó y Francisco Góngora Ramírez. Se llegó a sentar en el mismo sillón de la Federación y saltó a Sevilla con la Andaluza (RFAF) y luego en la Española (RFEF). Hizo mucho para nuestro fútbol estando dentro de la cúpula nacional. Arregló muchas situaciones límite sin nada a cambio. Es un almeriense servicial que te ayuda con una condición: “A mi no me saques”, pero va siendo hora de pedirle que escriba un libro y cuente todo lo que sabe porque ese libro nos ayudará a que no se repitan los errores. Un sabio del fútbol orgullo de Almería.