La Voz de Almeria

Obituarios

A nuestra maestra y amiga (1965-2025)

María Luis Gil Tapias

María Luisa Gil Tapias.

María Luisa Gil Tapias.

Publicado por
juan josé capel

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A la comunidad del Centro de Educación Permanente de La Chanca nos invade el dolor por tu tremenda pérdida. Eras la sonrisa personificada, la regalabas a todo el mundo siempre, a pesar de que, a menudo, tu maltrecha salud te hiciese llorar por dentro.

Vulnerable a la mala salud e increíblemente fuerte ante la adversidad. ¡Cuántas veces te he visto remontar ante muy malas circunstancias! ¡Cuántas veces cuando parecías hundida salías a flote y, además, con brío para ayudar a los demás!

Sobreponías la educación a tu descanso, te resistías a abandonar el aula y aunque tu cuerpo te obligase a parar, volvías del aseo a la clase como si tu mareo no hubiese tenido importancia. Muchas veces te incorporabas voluntariamente al trabajo sin terminar la baja que te había prescrito la facultativa. Más de un médico mostraba su fatiga por intentar convencerte exhaustivamente del necesario reposo. Ahora, que sólo nos queda tu energía, comprendemos que tu compromiso con la enseñanza sobrepasaba lo humano.

Preparabas meticulosamente las clases y tus explicaciones llegaban profundamente a la cabeza y corazón de tus pupilos. Para ti, el vínculo con tu alumnado era de lo más importante en tu vida, le derrochabas cariño sin ninguna condición, al igual que hacías con tus compañeros y compañeras docentes.

Nunca olvidaré los miles de detalles de cuidado y cariño que has tenido hacia las personas de tu alrededor como, por muestra, la crema que me trajiste al día siguiente de ver mis manos agrietadas. No se te escapaba un detalle, pues tus ojillos vivarachos tenían de fondo la observación de una persona muy inteligente.

En la comunidad educativa tenías una gran autoridad moral. Además de buenas argumentaciones, tu actitud de servicio hacia los demás reforzaba tu carisma como jefa de estudios justa y bondadosa. Todos y todas te respetábamos porque tú fuiste con los demás más allá del respeto, buscando desde la empatía comprender qué necesidades afectaban a los y las que te rodeaban.

Sin duda no te olvidaremos nunca. En estos días de tristeza para los que pisamos las aulas, los que ya no la pisan, los antiguos estudiantes, nos visitan y llaman por teléfono desde el dolor y desde el recuerdo de tu grata compañía. Has dejado huella indeleble, querida compañera.

No he conocido mujer más dulcemente fuerte. Siempre has dicho que “somos energía”. Ahora que no te tenemos delante nos quedamos con tu luz, a la cual damos gracias por guiarnos. Te queremos María Luisa allá donde estés.

De tu “dire-maestrico” en representación de la comunidad del Centro de Educación Permanente “La Chanca”.

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