José Antonio Fernández González
Siempre presente en mi vida
Pedro Fernández
Hoy 17 de Abril del año 2018 hace la friolera de 48 años que ya no estás conmigo y aunque no lo estas físicamente sé que sigues y guías mis pasos desde allá don-de te encuentres. Sera incluso normal que piensen los que puedan o quieran leer esta carta, el que-rer hacer mención de este tu 48 aniversario, cuándo prima el intentar subsistir, el vivir el día a día lo más humanamente y con la mayor dignidad posible debido a los problemas que hoy en día nos agobian. Pero es que incluso en todo lo antes mencionado en esta carta, en mi vida estas tú, sigues estando tú ayudándome. Al menos me baso e inspiro en esto para inten-tar seguir adelante cada día. Disfrutamos muy poco de tu presencia ya que te marchaste muy pronto. Me dejas-te con 14 años y te fuiste siendo muy joven. Tenías solo 44 años, fue injusto el que la vida se te acabara una fría noche en la que no tuve la oportunidad de verte con vida momentos antes de tu partida al en-contrarme ausente. Pero quiero decir que todo lo que no nos dijimos y lo que no hablamos en ese pe-riodo de nuestras vidas, lo hemos recuperado en todo este tiempo. Parece absurdo, incluso de locos, pero lo que no sabe nadie es la relación que seguimos teniendo. Ya que es raro el día que no te hablo, y si no lo hago yo siento que en cualquier momento del día habrá alguna señal que me hará recordar que sigues ahí escuchándome, ayudándome. A veces quiero pensar que de noche vienes abrazarme y haces posible que te vea en sueños. Bueno papá, nunca he manifestado esto públicamente. Hoy creo que debo de ha-cerlo extensivo a los demás, que como yo te conocieron y quisieron. Solo quiero que sepas que estoy tranquilo, sabes por lo que lo digo. Ya no estás solo, nunca lo estuviste allá donde quiera que te encuentres. Ahora tienes a mamá contigo y eso me tranquiliza. Decirte que cada día me siento más cerca de ti, de vosotros, y cuando llegue ese momento nos daremos ese abrazo que tenemos pendiente. De lo demás tú y yo sabemos lo que sentimos, solo quiero decirte que hasta que nos volvamos a encontrar disfrutes de la paz del Señor. Te quiero y añoro mucho papá, tu hijo Pedro.