Santiago Martínez Cabrejas- ex alcalde de almería
Honesto luchador, ejemplo para el PSOE
Pedro Mena Enciso (profesor de historia)
La figura de Santi, con el que tuve la oportunidad de convivir y del que ya glosé su figura cuando vivía, formará parte para siempre de la historia de nuestra capital. Hoy, es de justicia, volver a rendir homenaje a quien se dejó la piel en la vida municipal de la ciudad demostrando altura moral y pasión por su ciudad. Sí, porque Santi fue una rara avis en el maquiavélico patio político y sus amigos se lo decíamos: ¡cuidado con los buitres porque esos no tienen color ni ideología y sólo buscan dinero y poder! Pero Santi no parecía oírnos o no quería porque él siempre creyó en la bondad de las personas y siempre fue de frente, transparente, sin darte nunca largas y buscando de forma directa la solución del problema que le planteabas. Tú sí que eres el mejor Alcalde del pueblo y formas parte con todos los honores de los más ilustres almerienses del Siglo XX. ¡Qué alegría cuando en 1979 te convertías en el primer Alcalde democrático de Almería! Honesto luchador, ejemplo para tu partido socialista al que siempre defendiste e intentaste transmitir una honestidad y una pureza democrática de la que no todos hacen gala. ¡Cómo odiabas la demagogia y qué repugnancia te causaba la corrupción! Han sido 16 años al frente de la Alcaldía con bagaje extraordinario sobre todo en aquel período entre 1979-1991 donde se gestó el gran salto adelante de nuestra ciudad dotando a los barrios de las infraestructuras básicas (incluso al más pequeño y menos habitado porque nunca hacías tu trabajo en función de los votos que pudieras arañar). Puedes sentirte orgulloso desde allá arriba porque obras como La Rambla o el Auditorio no hubieran sido posibles sin tu empuje, decisión y trabajo constante. Nuestro ilustre primer Alcalde fue una persona escasamente arrogante, que no sabía de orgullo ni de pedantería y que sí que es verdad que pecaba, a veces, de confiado e ingenuo ya que no conocía la doblez política. A Santiago se le olvidó practicar las recetas políticas del Príncipe de Maquiavelo. Recuerdo muy bien al “Santi” de 1979 (con 31 años) lleno de enormes ilusiones y emocionado por ser un Alcalde elegido libremente por los almerienses. Recibía a todo el mundo, se volcaba en resolver los problemas de los demás y mostraba gran confianza en la gente. Su buen hacer y honradez le llevaron a sucesivas victorias electorales (1983, 1987 y 1991) por mayoría absoluta. Desde Almería en el Tiempo, confiemos en que tanto el PSOE (que tanto debe a Santi) como el equipo que gestiona actualmente el Ayuntamiento de Almería sepan valorar como es debido su figura. Como ya escribí en otra ocasión, gracias nuevamente, amigo Santi, por tu trabajo en favor de la justicia social y de tu tierra.