Hola abuelo: No hace ni una semana que te fuiste, y ya te echo de menos. Siempre supe que este día iba a llegar, pero no imaginé que sería ahora. Tu marcha ha sido como una jarra de agua fría, para mí y para todos. Siempre conmigo No sé muy bien donde estarás ahora, quiero creer que estarás en el cielo y que no he perdido un abuelo, sino que he ganado un ángel. Y ojalá que así sea. Espero que estés descansando con tu madre, de la que pudiste disfrutar muy poco, y con tu padre, pero sobre todo, espero que estes bien. Aquí abajo todos nos acordamos de ti y te echamos de menos, pero tu eso ya lo sabes.Has dejado un gran hueco, un vacío en la familia y un bonito recuerdo en todos nosotros. Siempre has sido un hombre bueno e inteligente, que tenía una sonrisa para todo el mundo, y por eso somos tantos los que lloramos tu pérdida. Hace dos años, sentados en la terraza de Aguadulce me dijiste unas palabras, que hoy se me vienen a la mente; me dijiste que tu ya habías vivido todo lo que tenías que vivir, y que ahora era yo la que tenía que construir mi camino. Y tenías razón, como siempre. Has podido disfrutar de una vida plena, has visto crecer a tus hijos y nacer a todos tus nietos, has sido feliz con la abuela y ella lo ha sido contigo. Y yo abuelo, me alegro de haber podido disfrutar de ti estos veinte años. He aprendido tanto de ti, y me hubiese gustado seguir aprendiendo, porque fuiste tú el que me enseñaste a creer en mí, me enseñaste a razonar y a valorar todo lo bueno que tiene la vida, que no es poco. Y ahora que me faltas, ahora que no estás, siento que ando un poco perdida, y que se ha ido una pieza fundamental de mi vida. Solo te pido abuelo, que cuides de nosotros, que nos ayudes y nos protejas desde donde estés. No nos dejes solos y guíanos como hacías antes, cuando aún podíamos verte. Siempre me decías que se aprende más con los daños que con los años, y me doy cuenta ahora, de la verdad de esa afirmación. Ahora, cuando toca ser fuerte, ahora que toca seguir adelante y sonreír cuando es lo que menos te apetece. Ahora, abuelo es cuando te pido que nos mandes fuerza y que nos ayudes a seguir sin ti. Solo hay palabras de agradecimiento, por todo lo que nos has enseñado y por ser como has sido, sabes que nunca habrá nadie como tú. Te quiero abuelo, te quiero mucho y siempre lo voy a hacer, da igual el tiempo que pase o lo lejos que estemos el uno del otro. Creaste un vínculo tan fuerte entre nosotros que ni la muerte va a poder romperlo.