Rafa vive con nosotros
“Ahora nos miras y nos ves y te alegras cuando de corazón festejamos tu recuerdo”
Miguel, un amigo

Rafa, te has ido como un silencio. Como un silencio de amigo que se toca con manos muy suaves. Te has ido como una lagrima, como una lagrima de agua clara que se desliza lentamente por un pétalo de flor. Te has ido como una mariposa, una mariposa dorada que traspasa las estrellas buscando la LUZ del sol. Rafa, te has sumergido en un inefable sueño, ahora apareces resplandeciente, como si una luz interior hubiese aflorado a tu rostro, liberada de los límites del cuerpo y del espacio. Rafa no está aquí. Ha resucitado. Ahora nos miras y nos ves y te alegras cuando de corazón festejamos tu recuerdo. Mari Carmen y Miguel, Rafa se ha ido, os quedan dos hijos para acompañaros, Rafa desde la otra orilla velará por todos, quedaos con esta convicción esperanzada. Vosotros y nosotros seguiremos pronunciando su nombre; y su rostro se nos ha quedado grabado en el alma y en el corazón. Quedaos con este mensaje: En la muerte no se nos van los seres queridos sino nos vamos nosotros; porque todo lo que ellos han sido nos hace tanta falta para seguir siendo nosotros mismos. Estamos sin palabras, pero tomamos prestadas palabras y testimonios de nuestra tradición cristiana que nos aportan LUZ, suplica encendida a Dios. Guíame Buen Pastor, hasta que pase la noche y amanezca la luz de tu rostro ante mí. Dice el Señor: Rafa no temas pues yo estoy contigo y no defraudo a los que esperan en mí. Rafa nació para el cielo. También vivió corta edad para ser querido y nunca olvidado. Espero y deseo que desde Allí me recuerde con el mismo cariño que yo le recuerdo a él. ¡Rafa, queda en paz y con mis oraciones!