Como un huevo a una castaña

Antonio Martínez
00:18 • 18 feb. 2020 / actualizado a las 07:00 • 18 feb. 2020

Desde hace tiempo circulan, a través de las redes sociales, mantras que han llegado a convertirse en virales. Me refiero a mensajes del tipo “todos los políticos son iguales” o  “ni rojos ni azules, españoles”.


Estos mensajes, en absoluto inocentes, forman parte de una estrategia calculada para desmovilizar políticamente a la sociedad y desplazar del centro del debate los problemas reales de la gente, como la desigualdad, los recortes de derechos sociales, la degradación y privatización de los servicios públicos o el cambio climático.


Sin embargo, a pesar de que algunos lo desearían, no todos los políticos  ni todos los gobiernos son iguales, la diferencia entre ambos lados del espectro político sigue siendo muy apreciable. 



En estos primeros días de gobierno de Pedro Sánchez los andaluces y andaluzas hemos podido comprobar de una manera clara que existen diferentes formas de hacer política y que los gobiernos de Andalucía y de España se parecen como un huevo a una castaña. 


Así, mientras la primera medida del Gobierno andaluz de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) fue eliminar el impuesto de sucesiones a los 300 andaluces más ricos, el nuevo gobierno progresista de coalición PSOE-Unidas Podemos ha iniciado la legislatura revalorizando las pensiones al IPC, subiendo el salario mínimo hasta 950 euros, con el respaldo de empresarios y sindicatos, e incrementando el salario de los funcionarios.



Estas medidas son un claro ejemplo de que estamos ante dos gobiernos muy distintos con objetivos y prioridades antagónicas: uno, el de Pedro Sánchez, comprometido en garantizar la igualdad, la cohesión social y mejorar la vida de la gente y, otro, el de Moreno Bonilla, incapaz y  preocupado únicamente en el autobombo y en no molestar a sus socios de la ultraderecha.


La realidad es que tras el primer año de gobierno de las derechas en Andalucía,  se ha producido un cambio a peor en la sanidad o en la educación y se vuelven asumir postulados de la época preconstitucional, en lo que respecta a la violencia de género, los derechos humanos, la educación de nuestros hijos o la memoria histórica.



Afortunadamente, disponemos de un gobierno distinto en España, liderado por Pedro Sánchez, que será el mejor contrapeso al “trifachito” de Andalucía y la mejor herramienta para poner freno a las políticas de involución que se llevan a cabo en nuestra región, las cuales incluso en  Europa, como ha ocurrido recientemente en Alemania, son rechazadas por los propios partidos de derechas. 



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