La calle vuelve a palpitar con Unicaja Costa de Almería

El club ahorrador recibe al potentísimo Saaremaa VK de Estonia en la vuelta de los octavos

Los jugadores ahorradores celebrando un punto.
Los jugadores ahorradores celebrando un punto. Unicaja Almería
Unicaja Almería
12:41 • 12 feb. 2020

Viejos ecos del Rafael Florido han subido la avenida del Mediterráneo para resonar en el Moisés Ruiz. Se espera lleno, se sabe que la afición no va a fallar, se cree que el resto de la ciudad va a responder premiando el esfuerzo que se ha derrochado en pos de ofrecer la mejor imagen posible de la misma, de toda la provincia, de toda Andalucía y del voleibol español. Unicaja Costa de Almería, tras siete años sin estar, se quiere quedar para ‘invitar’ a una ronda más, para traer hasta esta la España del voleibol a un gigante, a un equipo italiano, algo que no sucede desde hace mucho, demasiado tiempo. Pero lo que ofrece en este jueves no es poco, ni mucho menos. Lo que el club ahorrador trae es un auténtico espectáculo, un partidazo de los que es difícil ver regularmente, puesto que se va a ‘encerrar’ en la cancha con un Miura. 



El símil español encaja por la fuerza y el bravío del rival, el Saaremaa VK, y por los cuernos de los cascos vikingos que antaño hacían incursiones y se asentaban en la isla estonia. En medio, los árbitros internacionales que llegan a Almería procedentes de Albania y de Grecia. El primero es Konalsi Gjoka y el segundo se llama Emmanouil Georgiadis. Griego es también el entrenador visitante, Ioannis Kalmazidis, en su primer año al frente de las huestes vikingas, auxiliado por dos segundos entrenadores, los locales Märt Pajusalu y Gardo Maruste. Arropando a su equipo, arribará hasta la Costa de Almería un nutrido grupo de aficionados, llamados por la pasión  hacia su equipo, claro está, pero también haciendo visible esa promoción del sol y las bondades del destino turístico almeriense que hace Unicaja. 



Desde debajo de un cielo completamente encapotado irremediablemente entre los meses de octubre a abril, y de unas temperaturas en negativo o muy tímidamente en positivo en esta época del año, el Saaremaa VK y su gente se encontrarán con la maravilla climatológica de la frontera sur con el continente africano. Almería vuelve a tener más presencia en el mapa de Europa gracias al voleibol, una obviedad que apuntala aun más que ha sido un acierto de las administraciones apoyar esta vuelta a competición europea. Pocos clubes de los que ahora luchan por ganar la CEV Challenge Cup tienen el currículum, la trayectoria, del almeriense, pero esa historia no juega este jueves, sino el presente, esperanzador y motivo de orgullo. 



En ese sentido, el hoy por hoy dice que el Moisés Ruiz puede llenarse tras demasiado tiempo sin hacerlo, puesto que las peticiones llegadas hasta la sede de la entidad verde, el runrún de la calle, la ebullición ocasionada en las redes sociales tras el partido de la ida y la Copa del Rey, así lo hacen pensar. Claro está que todo ello reside en que plantilla y cuerpo técnico han sabido reconquistar corazones llenándolos de orgullo. El elogio no se gana tan fácil, y de hecho ha costado sacrificio y esfuerzo, tirando de una enorme profesionalidad para obtenerlo. Ahora, en las horas previas, todo eso debe traducirse en entradas agotadas, sabiendo jugadores y técnicos que su afición no va a fallar, tal y como ellos van a procurar hacer frente a un equipazo al que hay que volver a ganar, misión muy complicada. 



Los referentes de ataque del Saaremaa Võrkpalliklubi están muy claros y se depositan en sus dos de sus cinco ‘extranjeros’, el opuesto brasileño Daniel Maciel, hermano de Thiago, ex ahorrador, y el receptor cubano, de larga trayectoria, Javier Jiménez, además de en el receptor ‘local’, Keith Pupart, fichado esta temporada e internacional con Estonia. Si ya está tan bien armado por las puntas, por el centro cuenta con dos centrales muy fuertes, el australiano Beau Graham, un muro en bloqueo y un martillo en ataque, y el estonio Henri Treial, otro jugador de alto nivel. Entre los dos firmaron ocho bloqueos en la ida. A todos los hace jugar un colocador habilidoso, de rápida lectura de jugada y poseedor de un tremendo saque, como es el suizo Reto Giger, y se suman los líberos Saar y Vahter. 



En la olla a presión de Kuressaare también jugaron Markus Uuskari, que aportó 7 puntos saliendo desde el banquillo cuando Kalmazidis buscó dar solución al control ejercido por parte de Unicaja Costa de Almería sobre el opuesto Maciel, así como el colocador letón, el quinto extranjero, al que 



se dio cancha igualmente para dar otro aire a lo que el equipo almeriense había conseguido ‘saber’ de Giger. Tuvo aparición casi testimonial Helar Jalg, receptor, y no saltaron los también receptores Rauno Tamme y Mart Toom, ni el central Harri Palmar. El técnico griego metió en lista un total de 14 efectivos, vestidos y dispuestos, de su plantilla de 16 comtemplados por la CEV, el receptor Robin Alba y el central Taavi Prei. 



En frente, Manuel Berenguel contó con solo 9 jugadores disponibles en su expedición, los siete de inicio y solo dos cambios, sin tener recambio para central, ni para opuesto, ni para líbero. Hechos ya a esas dificultades por las lesiones, los ahorradores dieron una exhibición de entrega hasta que, en un partido muy similar a la pasada final de la Copa del Rey, llegaron al tie-break y en esa ocasión sí lo ganaron. La única diferencia entre los dos momentos es la titularidad de Almansa por Iribarne y la incorporación de Marlon Palharini a las filas ahorradoras, mismas armas con las que se va a decidir el pase a unos cuartos de final en los que seguramente pueda medirse contra Allianz Powervolley Milano, el gran favorito para el título. Cualquier victoria sirve, una derrota por 0-3 o 1-3 supone eliminación, y una por 2-3 conduciría a un set de oro, otro tie-break consecutivo y sexto set de la noche. El menú de voleibol está servido, y es del gusto de todos. 



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