El pregón que llevó “la brisa salada” de Torregarcía hasta el Santuario

José María Sánchez García, encargado de pregonar en el especial quinto centenario

Momento del pregón del quinto centenario de la Hermandad de la Virgen del Mar.
Momento del pregón del quinto centenario de la Hermandad de la Virgen del Mar.
Álvaro Hernández
00:10 • 30 jun. 2019

Anoche, en el interior del Santuario de la Virgen del Mar, hacía menos calor que en la calle y olía a sal. Un suave viento se percibía en el interior del Real Convento de Santo Domingo, habitualmente caluroso en exceso.



Quizás la brisa saliera del ambón, o quizás de un punto inconcreto situado entre su medalla de hermano de la Hermandad de la Virgen del Mar y su sotana. En cualquier caso, el pregonero del quinto centenario fundacional de la Hermandad de la Virgen del Mar, José María Sánchez, llevó hasta el interior del Santuario de la patrona de Almería la inigualable brisa marina que solo se disfruta en Torregarcía.



Pregón



“Ni cuando nos ha faltado la fe a los almerienses, nunca la madre ha mirado a otro lado: siempre la hemos sentido nuestra”, arrancaba Sánchez el pregón, subrayando tres ideas principales de la larga historia de una hermandad que celebrará en enero cinco siglos de vida: la presencia de la Virgen del Mar, el amor de una Hermandad a su madre y, especialmente, su presencia ininterrumpida.



Con la presencia de autoridades municipales y provinciales, encabezadas por el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y el presidente de la Diputación Provincial, Javier Aureliano García, el pregonero rememoró el origen de la devoción a la patrona de Almería y de la propia Hermandad que cumple ahora medio milenio de vida.



Cogiendo de la mano al pequeño Niño Jesús que trajo consigo sobre las olas la Virgen del Mar, José María Sánchez se dispuso a dar un paseo por toda la ciudad, desde La Chanca y la Almedina hasta el Quemadero y Los Ángeles, pasando Ciudad Jardín, Oliveros y sin olvidar puntos de la periferia como Castell del Rey, La Cañada, Venta Gaspar y, en definitiva, cualquier punto en el que se sienta y viva la Virgen del Mar, patrona de un galeón que tiene por nombre Almería.



“Con el incienso que en Almería huele a nardo, embriagamos este Santuario y las calles recordando a todos que es tiempo de mirarla a Ella, porque el corazón de un hijo encuentra solo en su madre el descanso y la alegría”, pregonaba Sánchez.



Y así, con el pregón de un sacerdote capaz de emocionar y de romper los estereotipos que suelen desaconsejar a sacerdotes como pregoneros: lo de anoche no fue una homilía, era brisa del mar. De Torregarcía.


“Torregarcía es un lugar privilegiado, es suelo santo ”

José María Sánchez es Delegado Episcopal para las Hermandades de Almería y, además y uno de los nombres más ligados a Torregarcía: siempre (como hizo ayer en su pregón) defiende la necesaria restauración de un torreón que vio por primera vez a la Virgen del Mar.


¿Cómo has preparado este pregón?

Con poco tiempo, porque he tenido solo dos meses. Y un pregón es una receta que hay que hacer con delicadeza y hay que dejar que se haga sola en ocasiones, abriendo los poro del corazón, los poros de la memoria… 

Es un privilegio, porque un pregón de este calado es muy significativo y a la vez con muchísimo cariño, porque tengo claro que es un pregón a la Virgen.


En tu vida (y en este pregón) es muy importante Torregarcía...

Sí. Torregarcía la conocí siendo niño, porque yo veraneaba en Retamar. Pienso que es uno de los rincones privilegiados de nuestra ciudad, de nuestras playas. Para mi, Torregarcía es suelo santo. Y el pregón está escrito allí: espiritualmente y físicamente en algunos momentos.


Y el pregón no es uno más.

No se volverá a repetir, porque la hermandad cumplirá 600, 700… Pero 500 años los cumple ahora. Es un motivo de alegría, de compromiso y de responsabilidad.



Temas relacionados

para ti

en destaque