“En este país hay una gran confusión entre el ocio-entretenimiento y la cultura”

Irene Pardo, coordinadora general de La Red Española de Teatros de Titularidad Pública

Irene Pardo, tras la entrevista, junto a la cafetería de la Sala Clasijazz.
Irene Pardo, tras la entrevista, junto a la cafetería de la Sala Clasijazz. La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 16 jun. 2019

Irene Pardo, la coordinadora de La Red Española de Teatros, es natural de El Alquián. Sus inicios están vinculados a la antigua Universidad Laboral, donde el profesor Antonio Serrano, al calor de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, despertó su inquietud cultural. Sueña con un proyecto en su tierra que vincule artes escénicas y naturaleza.



¿Cuál es la misión de La Red Española de Tea­tros?



Desde La Red se trabaja para impulsar el sector de las artes escénicas y de la música, garantizando una oferta escénica de calidad, plural y diversa. Además de generar multitud de proyectos en torno a la formación y reflexión y ser punto de encuentro de todo el sector. 



Si su coordinadora es de El Alquián, ¿entre los 700 espacios de La Red habrá algunos almerienses?



Hay algunos almerienses como los auditorios de El Ejido y Roquetas, pero también hay inexplicables ausencias, como la de los dos principales espacios escénicos de la capital: el Maestro Padilla y el Teatro Apolo.



¿Por qué no forman parte de La Red?



Aún no he logrado entenderlo pese a que me he interesado en enterarme.  



¿Qué hacen?

La Red es el principal espacio de encuentro entre los espacios de exhibición públicos de España. Los asociados reciben multitud de servicios como información sobre espectáculos recomendados, formación específica para la  gestión de sus espacios, participación ventajosa en proyectos, soporte jurídico y, sobre todo, el contacto directo y personal con el resto de directores de los teatros y auditorios de España. 


¿Y pertenecer a La Red sirve para ponerse en el mapa de las artes escénicas?

Sin duda, posiciona tu espacio, tu proyecto y tu ciudad. Y además la posiciona con el prestigio que un buen trabajo cultural aporta.


¿Cuánta gente va al teatro en España sin un actor de la tele en el reparto?

En general va mucha gente al teatro. Los repartos conocidos obviamente ayudan a incrementar el número de espectadores, pero hay grandes espectáculos con actores y actrices menos conocidos y de una calidad altísima. Ese es el reto de los responsables de los teatros: hacer una programación de calidad, diversa, con riesgo, que mire a sus ciudadanos y les seduzca. 


Su inquietud artística se despertó en la antigua Universidad Laboral, donde nacieron las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro con el profesor Antonio Serrano. ¿Cómo recuerda esa etapa?

Antonio Serrano fue mi profesor de Literatura, el responsable de despertar la pasión por las artes escénicas en tantos alumnos, como por ejemplo Paco Bezerra o Juan Manuel Gil, alquianeros también. Leíamos en voz alta las obras de tea­tro y cada uno tenía un personaje. Tener quince años y ser protagonista de una obra de teatro en un entorno que no era en absoluto cultural marca mucho. El poder transformador de las artes en la educación es innegable y desgraciadamente hoy en día no existen en el sistema educativo español, más allá de la buena voluntad de profesores  increíbles como Antonio.


Empezó como becaria de las Jornadas...

Allí estuve durante diez años. Descubrí la gestión cultural en las Jornadas, si soy teatrera se lo debo a ellas y, por supuesto, a Antonio Serrano. Nunca estará suficientemente reconocida su labor cultural en Almería. Antonio se mereció poder gestionar las Jornadas con una estructura estable, una financiación sólida, y una oficina de coordinación permanente, pero faltó voluntad política. 


¿Cómo ve las Jornadas ahora?

He vivido etapas muy potentes de las Jornadas, cuando las compañías tenían a Almería como referente de la programación clásica y daban aquí el pistoletazo de salida a la gira por España de festivales de clásico y Siglo de Oro.  Hoy no conozco bien la realidad de las Jornadas, imagino que los cambios de dirección y no poder desarrollar un proyecto a largo plazo no ayudan.


¿A qué cree que se debe ese abandono?

En este país no se cree suficientemente en el valor de la cultura. Un ciudadano culto es un ciudadano mucho más libre, solidario, con un pensamiento crítico. Y luego hay una gran confusión entre el ocio-entretenimiento y la cultura.


¿Qué proyecto haría en su tierra?

Haría 7.000 proyectos en Almería. Esta ciudad tiene mucho potencial en el terreno de las artes en vivo. Se pueden crear programaciones estables, vincular las artes escénicas con la potente naturaleza almeriense, proyectos sociales y comunitarios que conviertan al espectador en parte activa de la creación. 

Almería está más que preparada, hay que quitarse los complejos y apostar por la cultura.


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