La mirada de los niños, según Eduardo D. Vicente

El nuevo libro del escritor y periodista se presenta hoy en la EMMA

Una de las 200 fotografías, la mayoría inéditas, que recoge el volumen.
Una de las 200 fotografías, la mayoría inéditas, que recoge el volumen. La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 21 nov. 2018

En su último libro, el periodista y escritor Eduardo del Pino Vicente retrata la mirada de los niños de Almería. Una mirada que él conoce bien, ya que hasta hace no tanto formaba parte de la imagen que le devolvía el espejo. La ilustre firma de las contraportadas de LA VOZ fue uno de aquellos chavales que en los años 60 soñaban con un balón de reglamento o con una bicicleta plegable de las que salían en los anuncios de televisión.




‘La ciudad y los niños’, sexto título de este cronista de nuestra historia reciente, nace de la necesidad de contar una serie de historias sobre la capital desde la mirada de las generaciones de los pequeños que la fueron habitando. “Deseaba dejar constancia de unas formas de vida que se han ido perdiendo y que había que contar porque en el caso de Almería no han quedado grabadas en vídeos, ni recogidas en libros ni enciclopedias, solo en la memoria de la gente”, apunta en declaraciones a LA VOZ Del Pino Vicente.




La obra, que se presenta hoy miércoles 21 de noviembre a las 20.30 horas en el Escuela Municipal de Música y Artes de Almería (EMMA), muestra los paralelismos y las diferencias que había entre ser un niño de la posguerra y serlo en los años 60 en Almería. “Entre un niño de 1945, por ejemplo, y otro de 1960, había un territorio común: las calles, la necesidad de vivir hacia fuera, pero las diferencias fueron abismales. Un niño de familia humilde de barrio en la Almería de la posguerra soñaba con un trozo de pan y chocolate y con los pasteles que colocaban en los escaparates de las confiterías, mientras que la mayoría de los niños de los años 60 soñábamos con un balón de reglamento”, expresa.




Según el narrador, aquellos niños y niñas fueron, en muchos casos, los hombres y las mujeres de provecho que soñaban sus padres. “Fueron generaciones marcadas por la obsesión de los padres porque sus hijos tuvieran aquello que ellos, niños y jóvenes de la guerra, no pudieron tener. Los niños de los 50 y 60 crecieron en esa atmósfera del esfuerzo familiar, de la austeridad, de los pequeños pasos hacia el progreso. Supieron lo que costaba ganar una peseta, como decían nuestros padres”, señala.



A la venta a partir del día 22

‘La ciudad y los niños’, el nuevo libro de Eduardo D. Vicente, se podrá adquirir hoy jueves en el acto de presentación, en la Escuela Municipal de Música de Almería (Obispo Orberá, 23), en un encuentro con entrada libre hasta completar aforo.


En los puntos de venta habitual de LA VOZ y las librerías Picasso, Bibabuk, Nobel , Pastoral y Zebras de la capital; Metáfora de Roquetas y Nobel en Vera, estará disponible a partir de mañana viernes día 22 al precio de 15 euros.





Un ejemplo que a Del Pino le gusta poner es el de su hermano mayor, que sin apenas recursos económicos se fue a la aventura de estudiar en Granada allá por 1965 y que, a base de esfuerzo, sacó una carrera de Matemáticas adelante sin perder un solo año porque la familia no podía permitirse ese lujo. “Como él, fueron muchos los jóvenes almerienses de familias muy humildes que hicieron una carrera gracias a su esfuerzo y al sacrificio de sus padres”, indica.




Publicado por LA VOZ, ‘La ciudad y los niños’ recoge 200 fotografías, la mayoría inéditas. “Tiene fotos de gran valor: casas históricas que desaparecieron en los años 60 cuando destrozaron Almería; paisajes del Puerto cuando era un lugar de desahogo de la ciudad y un escenario de fuga para los niños; imágenes de la vida cotidiana en las calles”, afirma. Por si fuera poco,  en el capítulo dedicado a los niños de la guerra hay tres fotos de los años de la Guerra Civil que constituyen un documento muy valioso que refleja “el sufrimiento de la gente en una ciudad que fue muy castigada por las bombas”.




Si sus cuatro primeros libros se basaban en sus artículos en la contra de LA VOZ y el quinto, ‘Guía sentimental de una ciudad’, fue más personal, el que ahora ve la luz es el más íntimo: “He procurado moverme en una serie de territorios comunes, de emociones compartidas por varias generaciones de niños en esta ciudad, con un denominador común a lo largo de todos los capítulos: la importancia que tuvo la calle en nuestra formación, llegando a convertirse para muchos en una auténtica obsesión”.


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