El Almería va a la oficina

Un parón largo para un triste destino rojiblanco

Entrenar cada día sabiendo que ni la calculadora te asiste.
Entrenar cada día sabiendo que ni la calculadora te asiste. UD Almería
Tony Fernández
17:42 • 03 abr. 2024

Qué larga se hace LaLiga para el derrotado. Sin una calculadora que llevarse a las manos nos encontramos con una plantilla del Almería que cada entrenamiento se lo toma como una visita a la oficina para no perder la forma y estar a punto para competir. Se hace duro trabajar sabiendo el triste destino y deberá de inventar algo nuevo Pepe Mel para que el desencanto no acabe con ellos. Se entrena sabiendo que faltan 8 jornadas todavía, dos meses de competición por delante y nada que 'rascar' para unos profesionales que se han metido en un lío deportivo y económico. Tienen la suerte los futbolistas del Almería de tener un técnico con mucha experiencia que les hará los entrenamientos más divertidos y les mantendrá enchufados dentro del desencanto general que rodea al Almería. Por mucho que invente Pepe Mel los jugadores saben que no hay nada que hacer y lo mejor es que acabe ya la temporada para seguir con otros problemas como serán conocer su destino en el Almería o en otros clubes.



Los jugadores del Almería van a la oficina como buenos profesionales y saben que es su obligación seguir con la dinámica mientras queden jornadas por delante pero se hace muy difícil afrontar cada jornada y los entrenamientos tienen la mente más en el futuro que en el presente. Un presente que se han ganado a pulso los jugadores a base de malos partidos y peores resultados. No ha sido culpa de Pepe Mel ni de Gaizka Garitano ni de Vicente Moreno. Todos han puesto de su parte para entrenar en un club al que elogia el ahora técnico rojiblanco. La cabeza está puesta en el futuro.



Presente



Dice el entrenador del Almería que sus jugadores lo están pasando mal. Lo sabe y lo nota en los partidos y en cada uno de los entrenamientos que realiza ya que los futbolistas viven de esto y su futuro y sus contratos andan en el aire y por muchas ganas que le pongan en las sesiones de trabajo el destino está cantado. Eso lo han vivido otros clubes pero en Almería desde los tiempos de Alfonso García con el anterior descenso no se daba y al menos se tuvo la calculadora en la mano hasta la recta final de la campaña. Estamos ante una situación inesperada para veteranos y noveles que miran a Pepe Mel como al jefe de una oficina donde la rutina de perder y encajar goles se une al triste destino de un descenso a Segunda asegurado. No es fácil afrontar los entrenamientos y lo sabe el más veterano, Pepe Mel, acostumbrado a trabajar por objetivos bien distintos a lo largo de su carrera deportiva.



Futuro



Para el Almería la situación está clara como club como oscura para los jugadores. Bajar implica cobrar menos para los que se queden y los que tienen ofertas serán a la baja porque un descenso tira de la cotización y el jugador pierde valor de mercado. Salir a jugar por el escudo o por la camiseta queda muy bien pero hay que entender a los profesionales del balón llegada una situación como la actual. Entrenar para preparar un partido donde ni ganando te asegura nada es muy duro. Dicen los entrenadores que siempre hay objetivos en un partido pero el Almería entrena y compite para nada por obra y gracia de esos jugadores que ahora van a la oficina. Pepe Mel es un buen entrenador pero no es un mago y les va a vender nada más lejos de la realidad.





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