Ha muerto el fútbol de Pepe Cayuela

El recuerdo al que lo ganaba todo con el Almería

Tony Fernández
07:56 • 24 mar. 2024 / actualizado a las 08:02 • 24 mar. 2024

Su fútbol no es de este mundo. Su obra siempre inacabada contempla la gloria de salir al campo a vencer. Nunca habló de jugar bien y su reto era ganar. No se andaba por las ramas y cuando firmaba por los equipos solo prometía el objetivo. Las formas ya las ponía él.



Pasarán más de mil años y nos acordaremos de éste malagueño al que los almerienses queríamos tener siempre de aliado y nunca de rival. Era mucho Cayuela en sus buenos tiempos. Imparable en el campo y con una lengua que decía verdades como templos y se quedaba tan pancho.



Ahora que nos frotamos los ojos llenos de felicidad por un Almería instalado en la LaLiga, me vienen a la memoria aquellos que se quedaron para siempre en el camino. Nos ha dejado Pepe Cayuela para siempre (el entrenador digo) y su fútbol no volverá porque no es de este mundo y todo lo que nos dio se perderá si no se recuerda transmitido de generación en generación. Este fútbol de hoy nada tiene que ver con el de Cayuela.



Nos estamos haciendo mayores y por si me toca, quiero despedirme de Pepe Cayuela y de todo lo que le dio al Almería de hoy. Porque si estamos aquí es por hombres como él. Esos locos del fútbol que tanto nos dieron.



Pasión



Tranquilos que Pepe Cayuela no se ha muerto y sigue muy vivo con el fútbol a su lado: de otra forma pero siempre fútbol. Él que vivía para el club que le pagaba se empieza a difuminar en la memoria de los ‘viejos’ como ya empiezan a llamarnos. Hasta se levantan en el autobús y me ceden el asiento: será por viejo. Jamás volverá el Almería de Cayuela “ni falta que hace” dirán algunos, pero son tantos los recuerdos que me vienen a la memoria que me resisto a enterrar esta etapa de la historia cuando un presidente en el mostrador y un entrenador tirado en la carretera de Almería a Málaga tanto nos dieron.



Con Pepe Cayuela no había amistosos. Ni reunión tranquila de la junta directiva. Lo ponía todo patas arriba y cuando se colocaba frente a frente con Guillermo Blanes saltaban chispas: y Manolo García con el extintor en la mano. Un malagueño apasionado y un presidente ganador todo corazón. Eso era aquel Almería al que se sumaban directivos y aficionados para arrimar el hombro. Había que poner billetes para llegar a fin de mes y se alcanzó la Liga Profesional. Menudo logro.



Sabiduría

Un señor de Málaga que te decía las cosas a la cara no estaba loco. Tenía sus ‘locuras’ pero como decía Blanes “Lo he fichado para que gane partidos y en esto no me falla”. A Cayuela pocos lo conocieron y pocos le conocerán: se daba a todo el mundo pero con condiciones. Éste sabio del fútbol no encajaría en la UD Almería de Turki. Es mucho el dinero que corre por los bolsillos de los profesionales y el fútbol de Cayuela no llegaba a fin de mes. En unos años solo estará (como tantos) en la hemeroteca y los ‘viejos’ que lo recordamos estaremos incinerados.


Qué pena no poder sentarnos en una mesa Cayuela, Blanes, García y el que escribe echando un dominó porque se me ha olvidado jugar a las cartas. Y a las damas y al ajedrez.


Se me olvidan los ascensos del Almería Unión y jamás me olvido del de la AD Almería y aquellos clubes en guerra entrenados por Cayuela. Porque fue del Ceefe y del Poli.


Ganador

Mi reconocimiento a un sabio del fútbol. Seguro que Pepe Cayuela al ver este UD Almería cierra los ojos sorprendido. Eterno Pepe Cayuela por que su fútbol no tendrá fin. Ese jugar para ganar es lo que importa y por lo que Blanes lo llamaba siempre.


Chocaban en todo Blanes y Cayuela pero coincidían en lo principal: la victoria. Los entrenadores que firmaba el Almería tenían que ganar como Pepe Cayuela.


Malas lenguas

Era un personaje dentro y fuera del banquillo. Tenía sus manías (como todos) y sus equipos jugaban bien al fútbol. Aguantaba mecha, pero con el debido respeto. Hablaba claro y te decía las cosas en la cara. A Blanes nunca le falló pese a que al final cambió de acera y firmó por el ‘enemigo’.


Bajito, con bigote y decían que llevaba peluca.


El fútbol de hoy no es del reino de Pepe Cayuela.




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