Cabo de Gata y las mil y una razones para no dejar de ir

Más de 15 playas hacen del Parque Natural uno de los lugares más especiales del Mediterráneo

Foto de archivo de las playas del Parque Natural Cabo de Gata.
Foto de archivo de las playas del Parque Natural Cabo de Gata. Europa Press
Nazaret García
13:41 • 11 may. 2022 / actualizado a las 13:55 • 11 may. 2022

No habrá ser viviente en la faz de la Tierra que pueda resistirse a la belleza suprema del Parque Natural Cabo de Gata. Un lugar singular conformado por una extensión de 38.000 hectáreas y con una franja marina de una milla de anchura, sumando un total de 49.512 hectáreas. Entre los municipios de Almería capital, Níjar y Carboneras, fue declarada el 27 de enero de 1988.



Calas espectaculares, salvajes acantilados y vistas de ensueño, son solo algunas de las características de estas tierras donde convergen terrenos rocosos, playas naturales paradisiacas como las de Mónsul y Genoveses, playas urbanas como las de San José y Agua Amarga donde emerge el asfalto y la gravilla pero cuyos cuidados procuran ser óptimos, y calas como las de Carnaje y de Enmedio, y acantilados volcánicos y arrecifales como Punta de los Muertos y Mesa Roldán.



Lugares que no pueden esperar más para ser conocidas. No hay parque natural equivalente en todo el Mediterráneo al Parque Cabo de Gata, pues su entorno, casi virgen por la poca aglomeración exceptuando la época estival, hace del mismo un espacio singular. 



Reserva marina y salinas del Cabo



En las 12.000 hectáreas de franja marina que tiene el Parque provoca que los fondos marinos presuman de una gran riqueza de fauna. Las aguas cristalinas, el entorno rocoso y la gran variedad de fondos cubiertos de posidonia oceánica, hace que las especies más variopintas hagan de este espacio su hogar. Una especie vegetal similar al alga verde que constituye una gran heterogeneidad de especies marinas como son el pulpo, el cangrejo, el mero, el bivalvo protegido más importante del Mediterráneo, el salmonete y muchas especies más conocidas y aún por conocer



Otro de los lugares cuya visita es de rotunda obligatoriedad son las salinas de Cabo de Gata, donde la avifauna presente en el parque es absolutamente extraordinaria. Avocetas, cigüeñas, chorletejos, gaviotas, ánades y flamencos son algunas de las especies de aves presentes en el Parque. Más de 80 pueden observarse a lo largo del año, tanto en la albufera deltaica de Rambla Morales, como en las llanuras de la Amoladeras y en la sierra, donde ser pueden ver rapaces que conforman la fauna. 



Lugares irresistibles



Más de 15 playas conforman el Parque Natural Cabo de Gata. No hay ninguna que se parezca porque no tienen nada que envidiarse. Algunas de las más conocidas, la Playa de Los Genoveses, cuyo nombre procede del desembarco de Génova y Pisa en el litoral para dominar al pirata Maimono, quien dice que su comercio y prácticas aterrorizaron al Mediterráneo. Es considerada una playa no urbana debido a su arena fin y sus cristalinas aguas. El pueblo más cercano es San José, que se encuentra situado a dos kilómetros. 


Otra de las playas que no pueden ser esperadas a ser visitadas es la Playa de los Muertos. Quizá no tenga un nombre deseable, pero sus aguas turquesas merecen parar y disfrutarlas. Después de un sendero abrupto, este paraíso entre Agua Amarga y Carboneras se abre ante cualquiera. 


La Playa del Mónsul es probablemente la más conocida por la cantidad abismal de rodajes audiovisuales que han pisado esas maravillosas arena0s, como 'Indiana Jones y La Última Cruzada', 'La Historia Interminable' o 'Lawrence de Arabia' entre otras. Obviando el ámbito cinematográfico, es una de las playas ideales para niños por la poca profundidad de sus aguas y por una fina y dorada arena. No hay cabida al abandono de este edén sin visitar la duna de Mónsul. 


Afortunadamente las maravillas no terminan en la Playa del Mónsul, continúan a no más de 500 metros, donde aparecerán el Faro de Cabo de Gata, el Arrecife de las Sirenas y calas como la de la Media Luna y la cala Carbón. Una vez pasada la playa del Mónsul, está la Playa del Barronal, de arena fina y oscura y aguas tranquilas. Es conocida porque la mayor parte de los bañistas practican el nudismo. Otra cala que necesita ser visitada es la cala del Barronal. 


La Cala de San Pedro no se puede obviar en esta ruta infinita. Forma parte de una de las rutas de senderismo más bonitas del Parque Natural Cabo de Gata. Aguas de nuevo turquesas, fina arena y vegetación en el mismo interior de la cala. Algunas de las peculiaridades de la zona son los habitantes del terreno, amantes de la naturaleza y de su hábitat; y del manantial de agua dulce de la zona. 


Más de 300 metros de longitud son los que tiene la Playa de los Escullos. De nuevo, arena fina y aguas transparentes, las hacen idóneas para los más pequeños. Tras pasar la duna y siguiendo el camino, se puede llegar a las diferentes calas conocidas como Calas del Embarcadero. Esta zona es una de las zonas preferidas por los amantes de los deportes acuáticos. 


Estos son solo algunos de los lugares para visitar en este magnífico Parque Natural que tiene suficientes motivos para ser la envidia del resto. Actividades como el buceo, excursiones marítimas, rutas o el cicloturismo. Más lugares sorprendentes como el barrio de pescadores situado en la Isleta del Moro o el poblado minero de Rodalquilar, hacen de este conglomerado de hectáreas un sitio único. 


Temas relacionados

para ti

en destaque