Cómo convertirse en donante de médula ósea

España lleva 26 años manteniendo el puesto número uno en donaciones a nivel mundial

Para ser donante de médula ósea solo hay que tener entre 18 y 55 años y estar sano.
Para ser donante de médula ósea solo hay que tener entre 18 y 55 años y estar sano. Internet
La Voz
07:00 • 26 oct. 2018

La médula ósea es el tejido que se encuentra en el interior de los huesos. En él se fabrican las células de la sangre y del sistema inmunitario. En la médula ósea están, además, las células madre (conocidas como progenitores hematopoyéticos) que son capaces de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.



Tanto una producción excesiva como escasa o anómala de estas células puede provocar una serie de enfermedades. La más conocida es la leucemia. Estos pacientes necesitan recibir células madre de pacientes sanos compatibles para poder recuperarse ya que su propio organismo no es capaz de generar los anticuerpos necesarios para contraatacar a las células cancerosas.  



En España existen muchas facilidades a la hora de convertirse en donante, quizás sea por eso que lidera el ranking de donaciones de órganos desde hace 26 años. 



Para ser donante de médula ósea solo hay que tener entre 18 y 55 años y estar sano. 



La persona que quiera hacerse donante deberá acercarse al centro de referencia establecido dentro de su comunidad autónoma. Allí le realizarán una extracción de sangre para conocer su tipaje HLA (antígenos leucocitarios humanos), que es lo que determinará si el paciente es compatible con otra persona para que no exista la posibilidad de rechazo. 



Una vez realizada la prueba, los datos del donante se incluirán en la base de datos de REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea) y en la base de datos de la Red Mundial de Donantes de Voluntarios de progenitores hematopéyicos.  En España se incorporan entre 7.000 y 8.000 potenciales donantes de médula ósea al año. 



Existen algunas contraindicaciones para ser donante como la hipertensión arterial no controlada, padecer diabetes insulinodependiente, tener el virus de la hepatitis B o C, el virus del VIH/sida, etc.



Si finalmente el usuario resultara ser compatible con un paciente que necesita un trasplante, recibirá una llamada del centro de referencia al que pertenezca y deberá acudir para una nueva extracción de sangre para ampliar el estudio del sistema HLA. Se determinará además si el usuario padece alguna enfermedad infecto-contagiosa y se le volverá a preguntar si desea seguir adelante con el proceso. Si la respuesta es afirmativa se llevará a cabo la donación en un corto periodo de tiempo. 


Estar dentro del registro de donantes de médula ósea no significa que se tenga que donar sí o sí tras la llamada. El donante puede negarse si sus circunstancias no fueran las mismas que al entrar en la base de datos. De hecho tiene que dar su consentimiento de nuevo para pasar por el proceso. Sin embargo, hay un momento en el que la no donación puede significar la muerte del paciente.


Para reducir cualquier posible riesgo de rechazo, al paciente se le inmunodeprime y si el donante decide no hacerlo finalmente, el enfermo podría llegar a morir si no encuentra a otra persona compatible en un corto plazo. No obstante, los donantes suelen ser personas comprometidas que no se echan atrás si han decidido donar en un primer momento. 


¿Tiene efectos secundarios la donación de médula ósea?

En los casos de donación de médula, el único efecto secundario destacable es el dolor en la zona donde se realiza la punción. Se recomienda reposo relativo y pedir una baja laborar de entre 4 y 5 días. Excepcionalmente puede aparecer fiebre, un mínimo sangrado en la zona del pinchazo o la sensación de mareo. 


Actualmente la donación en España es completamente altruista y solidaria. Nadie es recompensado por donar médula ósea, ni sangre ni órganos. Es uno de los éxitos del sistema español. Los pacientes tampoco tienen que pagar nada por recibir los trasplantes.



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