“Abrazar a mi mujer e hijos es la mejor recompensa tras seis meses en Mali”

Entrevista al comandante D. Pablo Casado García, jefe de la UFP ‘Colón’ desplegada en Bamako

Comandante Pablo Casado García, jefe de la UFP Colón.
Comandante Pablo Casado García, jefe de la UFP Colón.
Francisco G. Luque
11:18 • 26 dic. 2023

Desde el 29 de mayo al 26 de noviembre unos setenta militares del Tercio 'Don Juan de Austria' 3º de la Legión y del Batallón de Zapadores estuvieron desplegados en la ciudad de Bamako (Mali). Durante esos seis meses, la Unidad de Fuerza de Protección 'COLÓN' proporcionó seguridad a las instalaciones que ocupaba el personal de la misión (European Union Training Mission) en una capital maliense en la que también realizaron otras muchas tareas como escolta y protección inmediata al resto de unidades en el desarrollo de sus actividades. El comandante D. Pablo Casado García, Jefe de la UFP 'Colón' en la misión EUTM MALI XXII, habla para la LA VOZ sobre la experiencia en el país africano y cómo se gestiona estar lejos del hogar y la familia durante un largo período de tiempo.



¿Qué es lo primero que hizo al llegar a casa tras medio año en Mali? 



Abrazar a mi mujer y a mis dos hijos. Ver la alegría en sus caras supone la mayor recompensa después de estos meses fuera de casa. Después, disfrutar de una buena comida casera, pequeños detalles que se valoran en la distancia. 



Siempre se echa de menos el hogar. 



Yo vivo en Aguadulce con mi familia, realmente se extrañan los planes de playa, reuniones con amigos, acostar a mis hijos, leerles un cuento, una conversación con mi mujer, en definitiva, la rutina de las tareas familiares, que muchas veces no valoramos cuando estamos en casa, pero que luego se echan de menos cuando estas fuera.









¿Cómo era un día de trabajo en Mali para un legionario? 

Los Legionarios eran los responsables de mantener la seguridad para el resto del personal de la misión. Durante seis meses ininterrumpidos se han ido relevando en los puestos de guardia que se ocupan en las instalaciones de la misión. Otro de sus cometidos principales era el de llevar a cabo escoltas de protección al resto de unidades y personal europeo en el desarrollo de sus actividades previstas. Cuando no estaban de puesto de seguridad o realizando escoltas, se ocupaban del mantenimiento de material, para tener siempre todo a punto para la siguiente patrulla o de repasar y practicar sus procedimientos tácticos. 


También tendrían ratos de desconexión.

Había tiempo para descansar y dedicarse a ellos mismos. Las condiciones de vida eran buenas y cómodas. Teníamos gimnasio con mucho material, buena conexión WIFI y espacio para juntarse y disfrutar de ratos de camaradería. 


¿Vivió situaciones de peligro extremo en algún momento?

Afortunadamente, no de forma directa. Ha sido una misión sencilla desde el punto de vista operativo. Sin embargo, los legionarios han sabido mantenerse en un estado adecuado de alerta para no relajarse ante una amenaza que sabíamos que existe y que está al acecho de buscar objetivos fáciles y rentables este sentido, la preparación y concienciación que trabajamos en España antes de desplegar ha sido clave para el correcto desarrollo de la misión.  

 



En este tipo de misiones en otros países, ¿suelen tener contacto diario con sus seres queridos? 

El apoyo familiar en este sentido ha mejorado mucho desde las primeras misiones. La red WIFI funcionaba perfectamente en todas las partes de las instalaciones de EUTM. Todos los legionarios han estado en contacto diario con sus familiares, a través de videollamadas o llamadas de datos sin ningún tipo de problema. El apoyo de la familia y el contacto con ellos hacen la distancia más llevadera. El esfuerzo que realizan las Fuerzas Armadas es importante para garantizar este tipo de asistencia y de verdad que se nota y se agradece. 


Nunca es fácil gestionar ese instante en el que debe marcharse y saber que en medio año no volverá a ver a sus familiares...

Por la parte del Legionario es más sencillo, está acostumbrado a una vida de servicio y sacrificio, en realidad, es donde quiere estar, cumpliendo con su misión para defender los intereses de España más allá de sus fronteras. Para esto nos preparamos día a día y por esto decidimos alistarnos a la Legión. La familia es la que se lleva la peor parte, son muchos meses sin un pilar fundamental y son ellos los que tienen que suplir la falta de su ser querido con el doble de esfuerzo, pero gracias a los medios para comunicarse hoy en día los días y meses pasan más rápido. 




¿Y cómo lleva eso su familia?

Son los que peor lo han llevado. Yo dejé a dos niños pequeños, el menor con dos meses y ellos han sufrido la peor parte. Ser mujer e hijo de un legionario no es fácil. Sufren la distancia durante los meses de preparación, maniobras y ejercicios de varios días fuera de casa. El apoyo de toda mi familia y sentir que estaban cubiertos y apoyados ha sido fundamental para centrarme en la misión. El esfuerzo que todos han hecho para que unos pocos cumplamos con lo que España nos ha ordenado, es de lo que más orgulloso y satisfecho estoy después de estos meses. 


¿Cómo describiría ese instante en el que regresó a Almería?

Indescriptible. En mi caso este ha sido mi primer despliegue con niños pequeños, y cambia la perspectiva por completo. Ver a tu hijo sujetando su cartel de bienvenida, de la mano de tu mujer corriendo hacia ti después de romper filas en la Base, es muy emocionante. La mejor recompensa al trabajo realizado durante estos meses fuera de casa. 

 

¿Qué es lo que recordará siempre de las experiencias que ha vivido en Mali?

La oportunidad de convivir día a día en este entorno desplegado con mis legionarios. Como mando es una suerte disfrutar de esta experiencia con esta calidad humana. El legionario lo da todo cuando esta comprometido y el nivel de profesionalidad que han demostrado ha sido ejemplar durante todo este tiempo. Un privilegio el haber compartido estos meses de milicia con cada uno de ellos. 


Una anécdota positiva.

Sin duda, siempre que se interactúa con la población local es gratificante. Los malienses son gente alegre y agradecida, a pesar de tener muy poco. Cualquier actividad que hemos apoyado en la mejora de sus condiciones de vida ha sido de un enorme refuerzo positivo para nosotros y muy agradecido por ellos.




También pueden surgir siempre situaciones inesperadas.

La parte negativa ha sido el tener que despedir a alguno de los legionarios de manera precipitada antes de terminar juntos la misión. Por una enfermedad grave de un familiar, uno de los nuestros tuvo que replegar antes y dedicarse a su familia. Este tipo de situaciones pueden pasar, como cuando estamos en territorio nacional, lo importante es saber que la propia Misión y nuestras Fuerzas Armadas tienen la manera de facilitar y gestionar el regreso rápidamente y eso te tranquiliza.   


Deben crearse vínculos muy fuertes entre compañeros en este  tipo de misiones. 

Estamos acostumbrados a compartir muchas horas en la Base, en el trabajo diario, de maniobras, durante viajes y muchos ejercicios. En estas misiones se refuerza los lazos de amistad y compañerismo. Los legionarios se apoyan entre ellos y es increíble lo que llegan a compartir. Sin duda alguna, las misiones crean entre ellos vínculos más fuertes que en el día a día de la Base, ya que al final están todo el día juntos durante 6 meses. 

 

¿Cree que la sociedad española es consciente de la gran labor que realiza el Ejército en otros países? 

Creo que saben que cuentan con unas Fuerzas Armadas preparadas y profesionales. Dispuestas a realizar su labor y a servir donde nos manden. Creo que la percepción de nuestro trabajo ha mejorado mucho en los últimos años y es fundamental un acercamiento del Ejército al resto de instituciones de la sociedad de la que formamos parte y de la que obtenemos nuestro activo mas valioso, el soldado. 


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