“Conseguimos prohibir la barra italiana y así conservar el coral rojo”

José Rivera Menéndez es el presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo

José Rivera Menéndez, presidente del GEM.
José Rivera Menéndez, presidente del GEM. La Voz
Juan Antonio Barrios
07:00 • 11 ene. 2021

José Rivera Menéndez es presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM). Un grupo que se fundó en el año 1977 y que está considerado como la conciencia ambiental de la provincia de Almería.



 



¿Desde cuándo está integrado en el GEM? 



Fui uno de los fundadores. Fue a final de los años 70 del pasado siglo. El verdadero fundador fue Pedro Costa Morata, uno de los ecologistas más conocidos de España, sobre todo con la lucha antinuclear. A partir de una reunión que hubo en Águilas, en Murcia ya existía, se decidió crear el Grupo Ecologista Mediterráneo en Almería. Junto a Pedro Costa estaba María Teresa Pérez, la presidenta de Amigos de la Alcazaba, Pepe Guirao... Hemos tenido a personajes ilustres.



¿Cómo surgió la idea? 



En un principio hubo movimientos cuando se intentó construir la central nuclear en Cabo Cope, que aglutinó a una serie de personas y a partir de ahí es cuando se crea. Después, viendo la problemática que había en todo el litoral, sobre todo en Almería y Murcia, siguió creciendo. La problemática en aquel momento era la construcción de una cementera y una central térmica en Carboneras. Después vinieron las decisiones de playa, los problemas con el agua y los temas de la Bahía en Murcia. Todo eso dio lugar a que nos uniéramos un grupo de gente de Murcia y Almería, sobre todo, y que se crease el grupo como tal.






¿Temas, entonces, desconocidos para la sociedad? 

De alguna manera, creo que somos la conciencia ambiental de la provincia, de los finales de los años 70. Hemos estado haciendo cosas en Almería. Tenemos un archivo, que recoge todas las actividades del Grupo y hemos intentado concienciar a la sociedad de los problemas que tenía.


¿Alguna anécdota destacada de aquella época? 

Recuerdo cuando nosotros pedíamos la protección del Cabo de Gata. El alcalde de aquel momento nos decía que, a parte de insultarnos, estáis locos. Quieren proteger el esparto y lagartijas con legañas. Esa era la visión de medio ambiente que tenían los políticos de la época. Gracias, no solamente a nosotros, sino a todos los grupos ecologistas que hay en la provincia hemos conseguido cambiar esa opinión de la población y hacerles más consciente de los valores que tiene. En nuestro caso, que tiene nuestra provincia. Creemos que la conciencia social en la provincia es muy grande. 


¿De todos los logros del GEM, con cuáles se sienten más orgullosos? 

Hemos hecho muchas cosas, pero podemos recordar algunas, por ejemplo la protección de Punta Entinas. Ahí el alcalde en ese momento decía que qué nos habíamos creído. Qué con la póliza de cinco pesetas, que entonces costaba, íbamos a acabar con el desarrollo de Roquetas de Mar. Hoy en día eso es Punta Entinas, el paraje y reserva natural de Punta Entinas. El tema del Cabo de Gata, declarándolo Parque Natural. Hicimos una marcha, incluso insistimos mucho que el Parque debía ser más grande. Al final se nos hizo caso. Había un primer proyecto que llegaba hasta San José. Hoy llega más allá de Carboneras.


¿Cuáles más destacaría?

Sobre todo destaco el cambio que ha habido en la conciencia ambiental. En Almería ha costado por la falta de sensibilidad de la Administración y sobre todo muchos sectores de la Administración pública tienen muy poca conciencia social. Se dejan llevar todavía por criterios desarrollistas que pueden dar muchos problemas como por ejemplo lo que está pasando con la instalación de cuatro granjas de cerdos y de aves, el tema de seguir incrementando la superficie de regadío, de una forma que nosotros consideramos disparatada. Si el sector dice que no hay agua no tiene sentido seguir aumentando las demandas de agua. Muchas veces se hace a costa de destruir espacios que tienen muchos valores, como por ejemplo los Artos, en El Ejido, la tortuga mora, en el Levante, o el peligro que corren todavía algunas lagunas que se encuentran en la zona de El Ejido, en las cañadas tradicionales. 

 



¿Un tema que parece que se empeiza a solucionar es el del Algarrobico? 

En su momento les dimos a las Administraciones el Premio Carbón como un tirón de orejas para ver si hacían algo. Pero El Algarrobico no es sólo mérito nuestro. Es mérito de un montón de asociaciones que se sumaron a eso. En el momento en el que Greenpeace se involucra en el tema donde estábamos nosotros, Amigos del Parque o Ecologistas en Acción, ese disparate urbanístico consiguió aglutinar y movilizar a todas las organizaciones ambientales de Almería. Gracias a que se involucraron, permitió llevar el tema a los tribunales, cosa que nosotros no podemos hacer por falta de recursos, al final los tribunales dijeron que aquello era un disparate y lo echaron para atrás. 


¿Otra campaña del GEM fue contra las destrucciones del coral rojo en el Mar de Alborán? 

En el Mar de Alborán hay coral rojo y allí había arrastreros españoles e italianos que lo estaban arrancando de la forma peor posible con la famosa barra italiana. Hicimos una campaña, que conseguimos que viniera el barco de Greenpeace, Antonio Fernández Compán se subió en el barco, estuvimos en Madrid sentados ante el Ministerio y al final se prohibió la barra italiana. Hoy en día se sigue extrayendo coral rojo pero de una forma más respetuosa, con buzos. Hoy en día es uno de los bancos de coral rojo más importantes del Mediterráneo, que está en Alborán.  


¿Esa lucha del GEM se ve reflejado en los Premios? 

Lo que intentamos hacer con los Premios Duna es agradecer, de alguna forma, a aquellas personas que han tenido o están llevando una labor ambientalmente correcta y que consideramos que es modélica. Entre tanto disparate, que todavía se sigue cometiendo, que alguien actúe y lo siga haciendo para intentar solucionar la problemática o concienciar, nos parece que la sociedad debe reconocer esas actitudes. 


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