El monumento reabre al público: “Estaba deseando subir a la Alcazaba”

El monumento recibe a los primeros visitantes en su reapertura en la era post Covid-19

Un cartel advierte al visitante de la nueva normativa en la era post Covid-19.
Un cartel advierte al visitante de la nueva normativa en la era post Covid-19. Marta Rodríguez
Marta Rodríguez
13:52 • 16 jun. 2020 / actualizado a las 14:00 • 16 jun. 2020

Ser el primer almeriense que visita la Alcazaba en su reapertura en la era post Covid produce cierta emoción. Al menos eso se desprendía de la sonrisa con la que Juan Antonio Martínez bajaba esta mañana del monumento a las 10.18 horas tras haber recorrido en un tiempo récord los tres recintos de un conjunto que ya se ha adaptado de pleno a la fase 3 de la desescalada.

Alcazaba confinada

Durante los tres meses en los que ha estado cerrada, la Alcazaba ha registrado un mantenimiento mínimo reducido a labores de seguridad, limpieza y jardinería. Este hecho, unido a las lluvias que han caído durante la primavera, ha provocado que luzca más verde que nunca y que a sus habitantes habituales -los gatos- se hayan sumado otras especies como cabras y culebras. “Ha sido un foco de biodiversidad”, cuenta un sonriente Arturo del Pino.


Un cartel ya advierte al visitante de la nueva normativa antes de poner un pie en la rampa de acceso por la calle Almanzor. Es obligatorio el uso de mascarilla; hay que mantener la distancia social; en caso de cruce, tiene preferencia el que sale sobre el que entra; debe respetarse la señalización y se recomienda llevar agua.

“Tenía pensado subir a la Alcazaba en cuanto pudiese, y justo he salido a correr y me la he encontrado abierta; subo a menudo y se nota que ha habido arreglos, la pena es que hay espacios que permanecen cerrados al público”, contaba el visitante cero, que hoy ha dedicado la fase final de su ruta de running a admirar las mejores vistas de la ciudad.

Uno de los pocos puntos en los que aún se permite la confluencia de público está ubicado justo en el centro de recepción de visitantes. A partir de ahí, ya están balizados el itinerario de entrada y de salida de una fortaleza a la que sus 25.000 metros cuadrados le permite afrontar los nuevos tiempos con cierta calma. No en vano, mantener un aforo del 50 por cierto en este caso supone que el conjunto puede recibir en la misma franja horaria hasta a 1.100 personas. “Vamos sobrados”, bromea el director de la Alcazaba, Arturo del Pino, “lo cierto es que hasta que no vuelvan los cruceros no es probable que se nos quede corto el aforo”.




Primeros visitantes
Visitantes en solitario y familias con niños se adueñaron de este espacio
con siglos de historia a medida que avanzaba la mañana. Era turismo andaluz, el único que admite esta fase 3 con las fronteras entre comunidades autónomas aún cerradas y precisamente el que menos se suele registrar en el principal monumento de Almería.

Llegados desde Arcos de la Frontera, los Armario García curioseaban cada rincón de la fortaleza, al tiempo que una de las hijas investigaba en Internet si más tarde podrían acudir a los Refugios de la Guerra Civil y el Oasys-MiniHollywood. “Teníamos suspendidas las vacaciones porque no nos podíamos mover, pero ha sido abrir y hemos cogido el coche para venir a Almería con la tranquilidad de que si pasa algo, estamos a unas horas de casa”, comentaban.

Con un horario de verano de 9 a 15 y de 19 a 22 horas hasta el próximo 30 de septiembre -excepto los lunes, cuando está cerrada-, la Alcazaba ha habilitado un itinerario de entrada que discurre junto a la muralla norte. Con un ancho de tres metros, no habría problema de contacto si el visitante mantiene la norma de circular por la derecha. A pesar de todo, el recorrido de salida es completamente independiente.




Todas las barandillas indican al visitante que se abstenga de tocarlas; aún así, son debidamente desinfectadas tres veces al día. Lo mismo que los baños, a los que ahora solo se puede acceder de forma individual y que se limpian hasta seis veces a lo largo de una sola jornada.



Espacios cerrados
Prácticamente todo el conjunto monumental está abierto al público. Sin embargo, hay espacios que permanecen cerrados, ya que para ajustarse a la restricción de aforo solo admitirían entrar a una persona, lo que requeriría la presencia de un efectivo de seguridad y el personal de la Alcazaba anda justo (la plantilla asciende a un veintena de personas).



Así, durante los próximos quinces días no se puede entrar a la Torre de los Espejos, los Aljibes califales, el muro de la Vela, las casas hispano-musulmanas, la Torre del Homenaje y la Torre de la Pólvora. Sí permanece abierta la Casa del Alcayde porque permite mantener la distancia de seguridad y se necesita un punto que ofrezca agua y de sombra al público.

A los bancos que sirvieron de atrezzo a la serie ‘Juego de Tronos’ -el rincón más fotogénico de todo el recinto- les han puesto unas pegatinas para que solo se pueda sentar una persona. Pronto volverán las rutas temáticas y las visitas guiadas, de momento, pueden ser de hasta un máximo de 20 personas. “De hecho, mañana miércoles y el viernes tengo una visita con touroperadores y guías turísticos de la ciudad para enseñarles los nuevos recorridos, porque al final son ellos los que traen al público”, señala Arturo del Pino. Y añade: “Las visitas teatralizadas, a las que venían hasta 1.500 personas, son inviables; tienen que cambiar el formato”.

Todas estas medidas se basan en un informe del técnico de prevención de riesgos laborales. Y lo cierto es que la más difícil de cumplir es no asfixiarte entre el esfuerzo de subir, el calor y el uso de la mascarilla. Las máquinas de refrescos -igual que las fuentes- han sido precintadas y solo sigue funcionando una de agua.






Temas relacionados

para ti

en destaque