Si por algo es conocida Almería, más allá de la enigmática simbología que rodea al Indalo, el cinematográfico desierto de Tabernas y las paradisiacas playas y calas de Cabo de Gata, es por la gamba roja de alta gama cultivada en Garrucha. Un exquisitez culinaria limitada y muy exclusiva, ya que solo se encuentra en esta región del Mediterráneo. 

Este pequeño pueblo del Levante almeriense, de no más de 4.000 habitantes, vive por y para la pesca de este manjar marino con denominación de origen almeriense que puede llegar a costar hasta 100 euros en kilo, especialmente en épocas estivales, como lo son verano y Navidad. 

Sin embargo, lo que muchos no saben explicar a día de hoy es el porqué de su intenso sabor y su textura tierna y jugosa. ¿Qué las diferencian del resto de gambas rojas, como pueden ser las de Huelva, si pertenecen a la misma especie? He aquí el quid de la cuestión. 

"Eso hace que la gamba de Garrucha sea roja intensa"

Para resolver este enigma, nadie mejor que la voz de un experto en lo que a crustáceos se refiere. Este es el caso del ya conocido como @pescaderotiktokero, con casi 30.000 seguidores en redes sociales y cientos de comentarios en sus publicaciones. 

"En Garrucha se ha hecho pesca extractiva o de arrastre durante mucho tiempo, así que imaginaos una flota de barcos, durante 60 años, fondeando ese mar. Eso ha producido un cambio en el ecosistema, produciendo una alteración de los elementos biológicos y un aumento del fitoplancton de esta zona. Eso hace que la gamba de Garrucha sea de un color rojo, más intenso y de un sabor más delicado y eso la convierte en muchísimo más codiciada".

Además, el pescadero también explica que la gamba roja que no es de Garrucha se alimenta de bivaldos, crustáceos y anfípedos. De ahí la diferencia en el gusto. Su pesca está muy controlada, lo que la hace aún más apreciada y la eleva a la categoría de delicatessen.

Un método de pesca tradicional y sostenible

La gamba roja de Garrucha se pesca de forma artesanal, esto es, usando redes de arrastre de fondo, lo que permite que el proceso de captura sea más selectivo y menos destructivo para el ecosistema. Además, los pescadores locales practican técnicas sostenibles que respetan el medio ambiente y aseguran la calidad del producto.

Esto permite que no necesita ser cocinada de manera complicada: basta con hacerla a la plancha o hervirla para resaltar su calidad. Por si esto fuera poco, tiene un bajo contenido en grasa y es rica en proteínas y minerales, lo que la convierte no solo en deliciosa, sino también saludable.

Otro punto a tener en cuenta es que la costa de Almería es conocida por sus aguas menos contaminadas que otras zonas de pesca en el Mediterráneo. La ausencia de industrias pesqueras masivas y la cercanía a zonas naturales protegidas aseguran que las gambas se críen en un entorno casi prístino.