La Voz de Almeria

Economía

Se agotan las capturas permitidas de gamba roja: a partir de agosto no habrá marisco fresco

Bruselas sigue 'bombardeando' un sector económico milenario en Almería

El consejero Fernández-Pacheco se reunió ayer con el sector de arrastre en el Muelle de Almería.

El consejero Fernández-Pacheco se reunió ayer con el sector de arrastre en el Muelle de Almería.

Manuel León
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El sector de la pesca de arrastre almeriense se encuentra enredado en sus propias redes: por un lado, el almanaque juega en su contra para la incorporación de los nuevos aparejos a los que les obliga Bruselas; y por otro, las capturas permitidas de marisco se agotan. Así lo certificó ayer el gerente de la Asociación de Armadores de Almería (Asopesca) y presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE), José María Gallart: “El TAC (Total Admisible de Capturas) de gamba roja está casi agotado en Garrucha y en Almería se podría llegar a finales de agosto”.

El TAC de gamba y cigala en el Mediterráneo ha sufrido un recorte sustancial, por imposición de Bruselas, el último año, pasando de 787 toneladas autorizadas para el total de la flota en 2024 a a 551 para 2025. El sector pesquero ha elevado su queja en varias ocasiones para que se actualicen los censos de marisco, “puesto que se basan en informes de un Comité Científico que hablan de sobreexplotación y no tienen en cuanto la recuperación experimentada de estas especies”, señala Gallart.

El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, anunció ayer a pie de Muelle de Almería la ampliación de las ayudas para inversiones sostenibles en buques pesqueros, que pasan de los 200.000 euros iniciales a 1,3 millones de euros, lo que permitirá financiar hasta el 83% de la instalación de puertas voladoras y, con ello, introducir medidas compensatorias que amplíen los números de faena para esta modalidad pesquera en base a las restricciones europeas. En ese porcentaje entra también la ayuda de Fondo Europeo de Pesca, aunque aún nada se sabe de la aportación del Ministerio del ramo que dirige Luis Planas, quien anunció ayudas para el cambio de copo tal como se comprometió el sector ante el comisario europeo de Pesca Costas Kadis para poder mantener los 130 días de pesca del pasado año. De no implementarse estas medidas, la flota solo podría salir a faenar 27 días al año, una cifra irrisoria sin umbral de rentabilidad producto de un recorte brutal del 80% del esfuerzo pesquero.

Las mallas del copo (donde se embolsa el pescado) exigidas por Bruselas serían más anchas -menos ciegas- pasando de de 40 a 45 centímetros para pesca en la costa y de 45 centímetros a 50 para la pesca de la gamba roja en profundidad. Estas medidas tendrán que entrar en vigor, según la Orden del BOE, el próximo 1 de junio, así como que la gamba tiene capturar tiene que tener una talla mínima de 25 milímetros de longitud cefalotorácica. Por tanto, el cambio de copo por embarcación va ya contrarreloj para los armadores y por ahora no se contempla ninguna moratoria.

El comisario Kadis ha visitado estos días Peñíscola y Valencia y se ha reunido, entre otros representantes, con el consejero Fernández-Pacheco y el propio Gallart. Ambos ha coincidido en que ha compromiso del comisario para tratar de modificar ese reglamento, pero por ahora son solo buenas palabras sin base por escrito.

En la provincia de Almería -a través de los puertos de Almería, Garrucha, Carboneras y Adra, faena una flota aproximada de 50 vacas (barcos arrastreros) que capturan un pescado y marisco fresco, saludable y de cerca que es un reclamo también para atraer al turismo y para que el sector hostelero pueda enriquecer su carta.

En el encuentro en la lonja han participado también la presidenta de la Asociación Andaluza de Mujeres del Sector Pesquero (Andmupes), Ángeles Cayuela, Pedro Hernández y Juan Belmonte, de Carbopesca; Vicente González, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Carboneras; y Gregorio Jerez y José Rosa, de la Cofradía de Pescadores de Garrucha.

La puerta en un barco de arrastre es el artilugio acoplado a la popa que hace que el arte se abra en el lecho marino para facilitar las capturas. Las puertas convencionales descansan en el fango del fondo del mar y son arrastradas por la embarcación haciendo surcos. Las puertas voladoras evitan ese rozamiento y reducen el impacto ambiental puesto que van suspendidas. Es condición su uso por Bruselas para que la flota pueda seguir pescando.

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