La Voz de Almeria

La Foodineta

Dónde desayunar en Almería: Esta tribu marina el salmón y tiene un toque picarón

Mermeladas caseras y churros jugosos

Tostada de salmón marinado y aguacate. Detrás media ración de churros.

Tostada de salmón marinado y aguacate. Detrás media ración de churros.Víctor Navarro

Víctor Navarro
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Cuando Dakota apareció en Cortijo Grande, lo hizo con la tranquilidad de quien sabe que no necesita presentación. Su historia en Almería se remonta a tiempos de la Carretera Sierra Alhamilla y la Bola Azul, pero ahora ha plantado su tótem en la Calle Ramón y Cajal, en un local que antes albergó una cafetería con alma provocativa. El espíritu de Dakota se mueve entre lo moderno y lo telúrico, con el indio siempre vigilante en las praderas como testigo de esta nueva etapa.

El espacio es coqueto, sin estridencias, con una terraza que invita a disfrutar de las mañanas sin prisas bajo un velador que protege del sol y del frio. No hay que olvidar que los Dakota manejaban a la perfección el uso del tipi. Hay sitio para aparcar, y espacio en la plaza donde se encuentra para que los niños corran sin miedo. Un ambiente que mezcla el murmullo del café recién hecho con el sonido del barrio. Aquí se puede venir a por un roll de canela, o a por una tostada de aceite y tomate, porque Dakota entiende que la vanguardia y la tradición no están reñidas.

La carta es un vaivén entre la cafetería moderna y la de toda la vida. Cafés especiales con sabor a brownie, lotus, kinder o nutella, que harían las delicias de cualquier goloso irredento, conviven con tostadas clásicas y especiales que cambian cada semana. Luego están los churros. Y aquí es donde Dakota no falla. Jugosos, esponjosos, pero sin esa grasilla traicionera que arruina el desayuno antes de tiempo. La media ración (2,00€) es generosa, lo suficiente para acompañar el café sin sentir que has cometido un exceso, pero con la certeza de haber empezado bien el día.

Este establecimiento tiene una peculiaridad, detalles pequeños que son de agradecer, y es el toque casero que se esconde en su cocina a la hora del desayuno. Las mermeladas no vienen de un bote de supermercado, sino que se elaboran en casa, con sabores poco convencionales como calabaza, piña o vino, dulces y de colores vivos que recuerdan al arte de los pueblos originarios de América.

Ese hacer casero también se nota en su salmón. Aquí la tostada de salmón no se reduce a una loncha de pescado ahumado sacada de un blister. No. En Dakota, el salmón se marina en casa con sal y azúcar, se deja curar y luego se conserva en aceite y eneldo. Se nota a simple vista: el color es diferente, la textura singular. Un bocado que no se encuentra en cualquier sitio.

Otro aspecto a destacar es el desparpajo del servicio. Aquí no hay camareros con guiones ensayados. Hay chispa, cercanía y un punto picarón que convierte el desayuno en una experiencia más animada. Si es tu primera vez en Dakota y te reciben con un "buenos días, pichurri", no te lo tomes a mal. Ni tú ni tu pareja y entrar en el juego del vocabulario amistoso. Es parte del folclore de esta tribu de los Dakota almerienses que te están dando la bienvenida a su casa.

El desayuno en Dakota tiene algo de rito compartido. Un té negro chai latte (2,30€), una media de churros (2,00€), una media tostada de pan de cereales (1,10€) y una "súper especial" (2,00€), todo por 7,40€, es suficiente para alimentar a dos personas sin escatimar en calidad ni en sabor. Aquí cada desayuno no solo llena el estómago, sino que deja el recuerdo de un momento bien aprovechado.

En un panorama donde cada cafetería busca un gancho visual, un desayuno 'instagrameable', Dakota se mueve en un terreno más seguro: la combinación del recuerdo y la novedad. No es solo un sitio para desayunar, es un punto de encuentro, un ritual matinal, una mesa en la que la ciudad despierta con el primer sorbo de café.

tracking