“Este año ha habido un incremento brutal de la demanda de traspasos”, afirma Carlos Beltrán, director comercial de Beltrán Asesores con quien hemos charlado para conocer el estado del sector inmobiliario en Almería. El número de operaciones se ha disparado hasta el punto de agotar, casi por completo, los traspasos disponibles. “No es que entren pocos —aclara—, entran todos los días. Pero no todo lo que entra está en condiciones de salir al mercado”.

Su equipo filtra, selecciona y decide qué merece la pena mover: “Calculamos que estamos cerrando uno o dos traspasos al mes. El porcentaje de éxito es muy alto, pero preferimos no forzarlo. Si el producto no es bueno, no se mueve”.

El grueso sigue siendo el sector hostelero, aunque en los últimos meses han gestionado también clínicas de estética, talleres, compraventas de camiones y hasta negocios vinculados a la representación artística.

¿Por qué tanto movimiento?

“Se están jubilando muchos negocios de toda la vida, y los empresarios que siguen han entendido que el camino es la economía de escala. Hay fusiones, compras de cartera o adquisiciones porque los márgenes son cada vez más pequeños y hay que ir a volumen”.

Antes de aceptar un nuevo encargo, el equipo realiza una entrevista previa. “Tenemos que conocer a la persona, tener feeling, creernos el producto. Si no nos lo creemos, no lo vamos a vender”, dice Beltrán.

La firma ha tejido además una red de colaboradores que completan el trabajo técnico con presencia comercial. “Ángela Mar, de MAE Capital, es una de nuestras colaboradoras más activas este año. Se encarga de las visitas, de la parte online y nos ayuda a tener más visibilidad”. Desde Beltrán, mientras tanto, se gestionan los leads, la estrategia y todo lo que hace falta para que el proceso avance con seguridad.

¿Y qué debe saber alguien que quiere vender su negocio? “Que esto no se hace de hoy para mañana. A veces hay que poner en orden los pilares de la casa, darle un lavado de cara al negocio. Nadie quiere comprar un muerto. Quien lo hace es para aprovecharse”. Para eso, insiste, está su equipo: para saber qué mostrar, cómo contarlo y a quién enseñárselo.

De cara al futuro, Beltrán prevé que el ritmo siga creciendo pero no para siempre. “Estamos viendo un pico muy alto. Creo que dentro de un par de años va a haber un parón fuerte. Así que quien quiera coger posiciones buenas, que lo haga ya”. Mientras tanto, nuevas zonas como Torrecardenas o la Vega de Acá ya están en el radar. 

“Hay grupos hosteleros, farmacéuticos o fisios que están apostando fuerte por expandirse. El sector servicios es el que más alegría está viviendo. Y nosotros, como siempre, estamos ahí para acompañarlo”.

“Somos asesores, no intermediarios. Nos metemos de lleno en la operación, desde la parte legal hasta la fiscal, pasando por la mediación si hay conflictos”. De ahí que, desde hace meses, solo gestionen traspasos de clientes que ya están dentro de la casa. “No es imprescindible, pero sí necesario. Porque hay operaciones que tardan meses o incluso un año, y necesitamos conocer bien al cliente, sus números y sus tiempos”.

La diferencia entre hacerlo por cuenta propia o con una asesoría como Beltrán es, según Carlos, evidente. “Si es una cafetería de barrio puedes intentarlo tú solo. Pero en cuanto hablamos de negocios con personal, sociedades, contratos de alquiler o antigüedad, necesitas estructura. Muchos empiezan por su cuenta y acaban viniendo a nosotros”.

La ventaja, explica, está en “el acceso directo que tenemos a compradores, la red de contactos, y sobre todo la experiencia. Llevamos más de 40 años en esto. Mi padre ya estaba en operaciones como la del Corte Inglés o el grupo IFA. Nosotros seguimos esa línea, pero con un equipo más grande y más herramientas”.