Alrededor de 7.000 agricultores se concentraban ayer ante la Delegación del Gobierno en Andalucía para dejar patente su malestar y su protesta por la subida de las tarifas eléctricas, un incremento del precio que no dudan en calificar de “brutal y desproporcionado”.
Y entre esos miles de agricultores varios centenares de almerienses convocados por Feral y por las tres organizaciones agrarias con mayor presencia en el campo, Coag, Asaja y UPA.

Los almerienses se han mostrado especialmente sensibles con este tema: desde hace años han trabajado e invertido mucho dinero en mejorar los sistemas de riego. Esa modernización ha permitido un ahorro de casi el 70 por ciento del agua consumida, pero implica un mayor consumo energético en bombeo, impulsión o incremento de presión para el riego a demanda.
Con el encarecimiento de la electricidad en más de un 80 por ciento, según las quejas de los regantes, resulta que en la actualidad casi la mitad de la factura de los riegos responde al coste de la electricidad, infinitamente más que cuando regaban ‘a manta’, lo que les hace dudar si su esfuerzo ha merecido la pena.

Las cuentas que ha realizado la Federación de Regantes de Almería indican que ese más de 80 por ciento de incremento en los costes de la electricidad tras el último ‘tarifazo’ aprobado por el Gobierno les supondrá un coste adicional de casi cuatro millones de euros a los agricultores de la provincia de Almería.
Ese sobrecoste es especialmente significativo en los regadíos, que han incorporado modernos sistemas de riego que ahora se ven penalizados por un coste superior de la factura de la luz, a pesar de suponer un notable ahorro del consumo de agua.
Los regantes consideran un abuso que la mayor subida se produzca en la potencia contratada, es decir en el coste fijo del suministro, y por eso piden un sistema tarifario que les permita pagar por lo que consumen, y en las épocas en las que se registran mayores niveles de consumo a causa de los riegos frecuentes.
Están dispuestos a mantener bien alto el tono de sus reivindicaciones porque entienden que la agricultura es un sector estratégico que no merece ese ‘castigo’, una subida que repercute además en los planes de modernización del regadío que se diseñó para unas condiciones que han cambiado radicalmente con este tarifazo.
Los agricultores han recibido, eso sí, el apoyo de la mayor parte de los partidos políticos, de casi todas las instituciones o de las empresas del sector. FAECA, la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias, se sumó ayer, de hecho, a las movilizaciones realizadas en Sevilla.