La gloria y el ocaso de un almeriense en la cúpula de la mayor empresa de España
Pallete, el nieto de un médico de Alhama, defenestrado como presidente de Telefónica

José María Alvarez-Pallete, con orígenes almerienses, ha ocupado nueve años la presidencia de Telefónica.
Uno de los hombres y nombres de moda en los telediarios del último fin de semana -con permiso de Donald y Kylian- ha sido el de un economista con ascendencia almeriense cuyo cese en la presidencia de Telefónica, la mayor multinacional española con participación del Estado, ha hecho tiritar el mundo financiero madrileño. Se trata de José María Alvarez-Pallete López (de aquí en adelante Pallete), quien seguro que habrá pensado, a pesar de que tiene que abandonar el mullido despacho de Gran Vía, desde el que alcanza a ver en toda su dimensión la nube de smog de la ciudad de La Cibeles, que las penas con pan y magdalenas son menos: lo echan de Telefónica, no se sabe muy bien por qué (al menos nadie lo ha explicado) pero se va con una indemnización de 45 millones de euros, con la que, es de suponer, se soluciona la vida, la de sus hijos y quizá la de sus nietos. Un finiquito que el portavoz de Sumar en el Congreso, Ernesto Urtasum, ha calificado de "escandaloso" y "vergonzoso". Sustituye al hijo y nieto de almerienses, Marc Murtra, un catalán con buen pedigrí tras su paso por la presidencia de Indra, también dependiente, como Telefónica, de la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI), el cajón de sastre que conserva el Estado en las participaciones empresariales. A pesar de haber sido defenestrado de forma un poco impulsiva, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha elogiado el trabajo de Pallete, al que ha calificado de "excelente" directivo. Uno no atina, por eso, a entender cómo se le da un puntapié a una excelencia. Quién ha criticado arduamente la operación salida de Pallete ha sido el PP por lo que han calificado como una intromisión "inaceptable" del Gobierno en una empresa con accionistas independientes. Tampoco a la Bolsa le ha agradado el cambio en la cúpula de Telefónica puesto que sus acciones caían ayer hasta un 3% en el parqué madrileño de La Plaza de la Lealtad.
Pallete, nieto de un médico de Alhama, no obstante, no ha sido flor de un día en la mayor compañía española, sino todo lo contrario. Como sucesor de César Alierta, su mentor, ha estado nueve años en la cúspide de la multinacional, todo un récord para un maratoniano como él -corre la maratón de Nueva York- teniendo en cuenta que sus homólogos en otras compañías del ramo como Vodafone u Orange no suelen alcanzar el lustro. Pallete, con 61 años y tres hijos, aseguran que ha sido defenestrado por los accionistas de referencia -Sepi, Criteria Caixa y el fondo árabe STC- por no hacer despegar el precio de las acciones, sin que se haya valorado en todo este tiempo su gestión para reducir la deuda de la empresa. La alta remuneración anual, por encima de los seis millones de euros con bonus, superior a cualquiera los presidentes de otras telecos, ha jugado también en su contra.
Su padre, José María Alvarez, declaraba hace un tiempo a este periódico que "Desde que es presidente de Telefónica está muy ocupado, ya viene menos a Almería, pero mi mujer y yo sí vamos mucho, somos muy de la Virgen del Mar". Al contrario que su hermana Inés que vino al mundo en Almería, el hasta ahora patrón de Telefónica, nació en la clínica La Milagrosa de Madrid en 1961, en una familia de cinco hermanos. Su padre, subdirector de Aduanas, oriundo de Guadarrama y asiduo colaborador del diario Yugo con artículos del Mercado Común, se trasladó con la familia a Bruselas en 1977. Pero el hijo volvió antes a Madrid a estudiar Económicas en la Complutense con un brillante expediente, pasando sus veranos frente a las olas del Zapillo.
El nieto de un médico militar de Alhama
La familia materna de José María Alvarez-Pallete está encabezada por su abuelo, Cristóbal López Rodríguez, médico nacido en Alhama, que alcanzó el grado de General de Sanidad Militar, tras incorporarse al Ejército de Africa a las órdenes de Franco, donde adquirió gran pericia con curas de urgencia en el campo de batalla. Tras volver a Almería trabajó en la Casa de Socorro hasta que fue detenido al estallar la Guerra y recluido en El Ingenio. En 1946 fue presidente del Colegio de Médicos y estuvo destinado en Canarias y Africa Occidental, participando en la campaña de Ifni, por la que obtuvo Medalla al Mérito Militar. En 1962 fue cuando alcanzó el generalato y fue jefe de Sanidad en la Región Militar de Cataluña y en la de Sevilla, hasta que pasó a la reserva. Fue nombrado Hijo Predilecto de Alhama y Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Mar, hasta su fallecimiento en su apartamento de Ladymar, en El Zapillo, en 1973. La esposa del doctor López Rodríguez y abuela de José María Pallete era Inés Vidal Giménez, camarera mayor de la Virgen del Mar, quien fue presa también durante la Guerra en la cárcel de mujeres de Gachas Colorás, acusada de participar en la organización del Socorro Blanco.
Cristóbal e Inés tuvieron dos hijas: María, casada con Juan Solís Rostaing, médico internista, y Paquita, la madre del presidente de Telefónica, educada en las Jesuitinas, matrimoniada con José María Alvarez Gómez-Pallete. Ambos forman parte aún de la Hermandad de la Virgen del Mar de Madrid, bajo la presidencia de José María Ruiz. Se casaron en la Patrona, en 1961, bendecidos por el obispo Alfonso Ródenas. El presidente de Telefónica decidió unir el primer y tercer apellido de su padre: Alvarez-Pallete. Los Pallete fueron militares llegados a Almería a principios del siglo XX. José Gómez Pallete, bisabuelo de José María, era general de División. Uno de sus hijos, Felipe, fue médico personal de Azaña, el presidente de la Segunda República, y otro pariente jesuita, dirigió el Colegio Nuestra Señora de Africa de Madrid.