El ritual de las incineraciones sigue creciendo en la provincia de Almería -como en el resto del país- y ya suponen, según los datos de la patronal de las empresas de pompas fúnebres más del 40% del total de los servicios funerarios que aún encabezan las inhumaciones. A rebufo de esta opción cada vez más extendida entre la familias de la cremación del cadáver, incluida la costumbre en alza de quemar también mascotas, las empresas funerarias de la provincia están afrontando cada vez más inversiones para nuevos hornos.

En la actualidad funcionan siete hornos y hay dos más en proyecto. Los crematorios en servicio son los de Tanatorios y Funerarias del Sur (Albia y familia Valdivia) en Roquetas, El Ejido y Campohermoso; Funeraria San José, en Huércal de Almería, de la familia Ortiz; ASV, con el crematorio municipal de Almería ‘Portocarrero’; Funeraria Robles, en Cuevas del Almanzora; y el último, inaugurado este año, de Funeraria Collyfer, en Huércal-Overa.

Los que hay en proyecto son uno de Funeraria Jordán, en Gádor, para toda la zona del Bajo Andarax; y otro realizado, pero que no está en marcha, en Níjar, promovido por Serfucampo.

Serfucampo nació de la fusión de dos empresas -Funeraria Los Pinantes y Funeraria Garrido- en 2021, construyendo un tanatorio en Níjar y otro en Campohermoso.

En la actualidad se realizan en la provincia de Almería una media de 600 incineraciones de los más de 1.500 decesos. Una de las razones evidentes para este crecimiento de las cremaciones es el ahorro que supone en los servicios funerarios: una incineración cuesta de media unos 800 euros, frente a los 3.000 euros de media de un entierro convencional.

No obstante, Almería es la provincia andaluza con menos hornos crematorios, frente a los 22 que tiene Sevilla, 13 Granada o 12 Málaga.

La Administración autonómica ha elaborado un modelo de resolución para hacer crematorios para que las autorizaciones de las delegaciones territoriales sean homogéneas. No podrán quemarse, a partir de esta resolución, ataúdes que contengan PVC o melanina como material de construcción o de sus ornamentos; o que tengan barnices, sustancias conservantes o aditivos de la madera que contengan metales pesados.