No estaba el Almería fino en su tarea defensiva, sino todo lo contrario. Es verdad que la movilidad, velocidad y técnica individual de los atacantes rivales complicaron al máximo el trabajo de la retaguardia local, pero no es menos cierto que los dos goles encajados eran evitables. Pese a que el Bilbao Athletic nunca dejó de mirar de cerca a Casto el técnico local se la jugó con una apuesta a todo o nada al prescindir de un central para dar entrada a Fernando Soriano con las tablas en el electrónico.
Posteriormente dos sustituciones más naturales  que fueron determinantes.

Vaya pareja
Para disputar los últimos 20 minutos entró en el terreno de juego para ocupar el sitio de Quique, que andaba con molestias en el tobillo. Para el tramo final Chuli sustituía al argentino Juan Ramírez.
Los dos fueron protagonistas en los últimos cinco minutos de partido. A punto de llegar al noventa Uche cabeceó al palo un medido centro de Dubarbier. Era un aviso de lo que vendría dos minutos después con un espectacular robo de balón de Chuli, con cesión al nigeriano para que éste mandara, templara y matara el partido y al rival con el tanto de la victoria de los suyos, del primero en su cuanta particular.
Antes el Pichichi Quique González había hecho el segundo gol de su equipo, décimo segundo de su cuenta particular en el Almería.