No hace demasiado tiempo Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano, decía que los empates son la ‘mentira’ de los equipos humildes o con problemas. No le falta razón al técnico vallecano ya que con las tablas en el marcador no se pierde, incluso en algún caso, según se haya desarrollado la contienda, puedes acabar feliz. Pero sumar de uno en uno puede llegar a condenarte. 
Así las cosas, resulta que , a día de hoy, nuestro equipo, es el rey de la ‘mentira’ en la Liga Adelante ya que ha mentido en 16 de las 33 oportunidades que ha tenido de hablar, algo que no ha hecho ningún otro equipo de la categoría. 
Esas dieciséis falacias han llevado al conjunto almeriense a perder 32 puntos, casi los mismos que suma en total en su casillero.

El domingo el Almería quiso desmarcarse de la ‘mentira’ y de la consolación y lo logró en el tramo final de primer periodo y en el inicio del segundo. Si la cosa volvió a terminar en tablas fue porque un gol, que no lo fue, subió al electrónico y porque con la entrada de Chuli e Iván se confundió la velocidad con el tocino y se pasó de ser un equipo sólido y dominador a ser un conjunto sin timón.

El domingo toca viajar y en este viaje hay que jugar para no volver a dejarse engañar y llenar las alforjas rojiblancas de tres en tres. No cabe otra, pero desde la templanza. “Soy el señor Lobo, soluciono problemas”. Así se presentaba el personaje encarnado por Harvey Keitel en una de las varias escenas inolvidables de ‘Pulp Fiction’. Winston Wolf arreglaba sin alterarse lo más mínimo el desaguisado que Jules y Vega preparaban, con cadáver incluido, en la parte trasera de un coche. Aunque el Almería todavía no está cadáver, en el conjunto rojiblanco se está dejando ver en los últimos partidos una suerte de señores Lobos capaces de salir a escena en las situaciones más delicadas. Se trata de Juan Ramírez y Pozo, dos futbolistas que ha puesto en valor Goro, capaces de desatascar los partidos más enquistados en Segunda.

Considero que para potenciar su poder es necesario minimizar su radio de acción. Se trata de  que puedan centrar sus esfuerzos en aquello que mejor saben hacer, aportar luz sobre la lobreguez, como hicieron con su gol ante el Alcorcón y aguantar todo el partido.