Con Sergi el Mediterráneo es un fortín
Con el nuevo técnico del Almería ha cerrado sus dos partidos en casa con triunfos

Fiesta rojiblanca.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y lo mismo ocurre con los entrenadores, se bendice, se glorifica, se ensalza a los que aciertan y cuando aciertan. Ayer Sergi Barjuan hizo pleno.
Podía parecer una exageración su afirmación de la víspera de que el partido ante el Eibar era el más difícil de los que tenía que jugar su equipo en esta apasionante recta final de la Liga, pero el objetivo de mentalizar a los suyos y a la afición de la importancia y la dificultad del choque lo consiguió. La gente estuvo de diez y los profesionales de cien.
Jabatos Estaba claro que era un partido para jabatos. Y el técnico rojiblanco colocó sobre verde tapete del Mediterráneo un grupo de gladiadores con gol capaces de enfrentarse y salir victorioso en el cuerpo a cuerpo con los vascos y de poner en apuros a Irureta.
El resultado fue un buen partido, un triunfo justo y puede que corto la sensación de que el grado de solidaridad y fortaleza del equipo crece con las jornadas.
Ahora mismo, los números del equipo juegan de forma avasalladora a favor de Sergi. Antes de la llegada del técnico de las Franquesas del Vallés el Almería había jugado 14 partidos en el Estadio Mediterráneo de los cuales sólo había ganado. Había empatado 6 y perdido 7, haciendo que los rojiblancos fueran el peor equipo local de la Liga.
Cuando la nave almeriense estaba apunto de ser hundida y de decir adiós a la Liga en Primera División llegó al banquillo Sergi Barjuan. Un punto negro, la derrota de Vallecas donde no jugaron los que debía. Un partido pleno de buenas sensaciones en el Camp Nou ante el FC Barcelona pese a la derrota. en casa dos victorias como dos soles que han devuelto el galardón de fortín al Estadio Mediterráneo y la sensación dentro y fuera de club de que la salvación, que pasa por casa, es posible.