José Manuel Chico Flores no daba crédito ayer al leer la versión que aparecía en la prensa inglesa sobre su rifirrafe en un entrenamiento con Garry Monk. Según los tabloides, la Policía tuvo que intervenir al desencadenarse una pelea en la que Chico habría amenazado a su compañero con un ladrillo.
"Me gustaría aclarar lo sucedido. No fue nada más que una discusión entre compañeros. Es algo normal que puede suceder en cualquier entrenamiento o en cualquier vestuario de un equipo de fútbol. Yo en ningún momento he amenazado a nadie, y menos con un ladrillo. Me considero una persona respetuosa y buen compañero. Siempre trato de hacer grupo y crear buen ambiente. Ahí están mis compañeros para decirlo", afirmaba el central gaditano del Swansea a MARCA.
El propio Chico defiende que la discusión fue víctima de un calentón: "Mi trato con Garry siempre ha sido, y sigue siendo, fenomenal. De hecho, ayer pasamos la tarde juntos. Cualquier futbolista sabe que estas cosas pueden ocurrir en los entrenamientos. Más aún cuando hay un poco de tensión al no estar sacando buenos resultados". El ex central de Mallorca y Almería, para restarle hierro al incidente, quiso lanzar un mensaje de ánimo: "Ahora tenemos que estar todos unidos y ganar el sábado al Birmingham en la FA Cup. Siempre Swansea".