Dura penitencia para el pecado de soberbia de los almerienses
Olvidada la buena senda
Tengo que confesar que si no hubiera tenido que ver el partido en función de mi trabajo, hubiera desconectado. El encuentro que el Almería jugó en Bilbao el pasado sábado es de los que hace mucho daño a la imagen del equipo y al sentimiento rojiblanco porque genera una sensación de ridículo en el alma de la hinchada que deja huella y es muy difícil de superar. En San Mamés no hubo equipo ni dirección o quizás no hubo equipo, entre otras cuestiones, porque estuvo mal dirigido. No hay que ser un sabio balompédico para saber que el Athletic es mejor equipo que el Almería. Bajo esa indiscutible premisa no parece ni aconsejable ni conveniente que el equipo más débil proponga un intercambio de goles con el más poderoso. Esto fue el gran pecado de nuestro equipo en San Mamés: Querer jugarle de tu a tu a un conjunto superior. Y en función de la gravedad del pecado de soberbia de los almerienses estuvo la penitencia, con una goleada que ha dejado una profunda llaga en el corazón de los sufridos seguidores del club rojiblanco almeriense, de esos que han pagado religiosamente su abono y que no se merecen ver el triste espectáculo de San Mamés. Decía Francisco al término del partido que no se debe de dramatizar por el 6-1 cosechado, pero también abogaba, según publica la página Web del club, por aprender la lección.
Será bueno para todos no dramatizar, pero mucho mejor para el futuro aprender la lección. Y es que el Almería, nunca llegaré a entender la razón, ha dejado de forma voluntaria y sin que nadie le fuerce a ello la buena senda. Querer jugar como los equipos de Guardiola cuando eres entrenador de un equipo como el Almería, es poner unos buenos cimientos para construir el edificio del fracaso. Obligado por las circunstancias, 10 partidos sin conocer la victoria, el Almería se presentó primero en Valencia y luego en Pamplona con una defensa de 5 y ganó. Sin que nadie alcance a entender la razón, el sistema de los éxitos fuera fue abandonado y las derrotas han vuelto. Las más recientes en Vigo y Bilbao, con la escala en el Villamarín, donde la ansiedad del equipo local y la suerte se alinearon con el Almería para ganar. El domingo el Almería tendrá la oportunidad de borrar la mala imagen en Villarreal. Que así sea.