La Voz de Almeria

Deportes

Hugo Sánchez: “Camacho nos picaba siempre, ¡qué capitán era!”

Cuenta algunas historias inéditas

Hugo Sánchez posa con todos sus trofeos tras recibir el MARCA Leyenda.

Hugo Sánchez posa con todos sus trofeos tras recibir el MARCA Leyenda.Marca

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En:

Apagados los focos, nos sentamos con el Hugo Sánchez Márquez (Ciudad de México, 1958) más cercano, ese mismo que hizo vibrar a millones de madridistas a finales de los 80. Hay muchos mitos sobre él y su personalidad. Se los preguntamos y obtenemos estas respuestas del nuevo flamante MARCA Leyenda.

Con su familia delante, se ha emocionado tras recibir el premio. No es habitual verle así. Usted es duro.

¿Tanto le emociona aquella época del Real Madrid?

Ya pasaron 30 años de aquello. El tiempo pasa rápido, o nosotros pasamos por el tiempo. Es muy bonito recordar, pues eso es vivir. Ya no sueño con esos goles, pero los recuerdo con emoción. Yo soñaba cuando era niño... y llegué a cumplir esos sueños afortunadamente. Triunfé con el mejor equipo posible, y la mejor camiseta, la blanca. Por eso me emociono.

¿Es verdad que era muy egocéntrico como jugador?

Se exageraba mucho. Yo era muy perfeccionista y que todo se hiciera bien. Esa mentalidad me la inculcó mi madre, que con 98 años sigue siendo mi inspiración. Me decía: 'Hugo, tienes que ser el mejor en todo. El mejor hermano, cirujano dentista y jugador'. Y lo intenté. Eso me hacía querer hacer todo mejor que los demás. Por eso, me quedaba una hora y media después del entreno perfeccionando el remate, salía el último de la Ciudad Deportiva... Pero es que ahora soy igual: grabo mis programas para revisar en qué puedo mejorar, qué he dicho, qué corbata me puse, si el color de la ropa era correcto o no... A eso le llamo ser buen profesional, no egocéntrico.

¿Que si era egocéntrico? Se exageró mucho, yo diría que me gustaba ser perfecto"

Usted fue pionero en el cuidado de la imagen del futbolista. Ahora no es noticia.

Llevar buena imagen y presencia es fundamental. Quererse a sí mismo dentro y fuera del campo. Yo no firmo autógrafos, sino que doy estampitas con mi currículum. Eso lo aprendí en el 81 en el Atlético. Me dieron un fajo de postales y empecé ese ritual. Ahí aparece reflejada mi vida personal y profesional. Me gustó aquello de dar algo y que la gente se quedara con el recuerdo. Y lo sigo haciendo, claro.

¿Le trataron bien cuando llegó a España en 1981?

Costó que me reconocieran. Me acuerdo que me decían: 'Aquí queremos futbolistas, no mariachis'. Yo me tuve que tragar eso y, a través de esas estampitas, conocían mi vida de una forma más fácil: dónde jugué, si estaba casado, cuántos hijos tenía. Todo estaba ahí.

En aquel vestuario del Madrid había muchas leyendas. ¿Es cierto que se llevaba mal con Míchel?

No lo creo. Se exagera. No se conocía el ambiente. Era un vestuario de respeto y ganador. Luego te llevabas mejor con unos que con otros. Lógico, como en todos sitios. En todas las familias hay peleas: que si yo soy el primero, que si tú... Pero nada grave. Nos respetábamos mucho todos. Ahora valoramos que, si no hubiéramos tenido ese carácter fuerte, no hubiéramos triunfado con los Chendo, Míchel, Buitre, Hierro, Ruggeri, etc. Entre caracteres fuertes nos entendíamos bien.

El ambiente más fuerte lo viví en Nápoles. parecía una guerra aquello"

¿Con quién se reían más dentro de ese grupo?

Había de todo. Camacho era un capitán increíble. Siempre nos picaba: 'Te vas a enfrentar contra este defensa y te va a ganar', me decía. Era muy gracioso en eso. Míchel era también muy bromista. Siempre estaba haciendo bromitas.

Butragueño no decía ni 'mú', claro.

Emilio era gracioso también. No se metía con nadie y viceversa. Es un tipo diferente. A mí tampoco me gustaban las bromas pesadas, y a Emilio, menos. Y algunos lo intentaban. Hubo muchas. Las contaré en mi biografía dentro de poco [risas]. Bromas aparte, siempre queríamos ganar.

Mendoza se hacía notar por dónde pasaba. ¿Cierto?

Tengo buenos recuerdos, salvo cuando tuve que irme del club. Era un tipo con mucha personalidad. Si llegaba a un lugar, lo llenaba todo. Era elegante y diplomático a la hora de negociar. Me admiraba su capacidad. Cuando llegaba al vestuario, su energía se notaba. No me extraña que se le recuerde para siempre.

¿Es verdad que cuando va a Barcelona, hoy en día, le tratan fenomenal?

Estoy agradecido a toda España por su cariño. Allá donde voy, y también en Barcelona. Me sorprendió al principio. Pensaba que la gente catalana iba a estar más tensa conmigo. Me dicen: 'No me agradaba tu manera de jugar y que nos metieras goles, pero te admirábamos'. Estuve a punto de firmar dos veces por el Barça, por cierto. Pero le agradezco a Dios que me llevara al territorio blanco finalmente. Pero sí, he ido a cenar a Barcelona y me han invitado a un vino. Lo agradezco.

No creo que me llevara mal con Míchel, siempre estaba bromeando"

tracking