En muchas ocasiones los partidos de fútbol se empiezan a ganar en el trabajo de cada día de la semana. Luego, a la hora de la verdad, todo es cuestión de que los jugadores sean capaces de desarrollar lo ejercitado.
El Almería de Lucas Alcaraz siempre ofreció la sensación en el Alcoraz de que llegaba a la prueba de fuego frente al líder con la lección bien aprendida.

Lucas Alcaraz no repitió once porque no podía hacerlo dado que a última hora Gaspar no pudo ser de la partida. Consciente de que en su campo Gallar y Ferreiro, los extremos locales, se iban a constituir en la mayor amenaza para René, buscó cortocircuitarlos jugando con dobles laterales de largo recorrido en las bandas.

Por el centro mando una especial vigilancia sobre Melero, el jugador estrella y máximo goleador del cuadro oscense. 
El éxito del entramado defensivo montado por Lucas Alcaraz fue de tal magnitud que los locales tuvieron que encomendarse a la diosa fortuna para batir a René en dos ocasiones. En la primera se valieron de Morcillo que llevó su intento de despeje al larguero y la fondo de su portería y en el segundo de un rebote en el propio Jorge Morcillo para superar al meta almeriense.

Rubén-Soleri
El Almería ofreció en Huesca uno de sus mejores inicios de partido fuera de casa de toda la temporada. Soleri sembró el pánico en la zaga local. Abrió el marcador rematando en plancha un rechace del meta local a disparo de Rubén. Pese a que los locales lograron remontar los almerienses nunca se entregaron siguieron peleando con fe y no sólo lograron igualar sino que terminaron asediando al primero de la fila que quiso ganar por lo ‘criminal’.