Hubo un partido hasta el descanso y once minutos del Oviedo. Todo lo demás es pura mentira. No seamos tontos y vamos a dejar las victorias morales para otros.

El Oviedo cuando le metió una velocidad más al partido acabó con el Almería que no está para llevar penas a las aficiones rivales y el Tartiere estaba casi lleno. Montamos otra fiesta. Nos van a coger cariño en todos los campos a este paso.

El equipo de Anquela cuando sacó a Toché (que siempre nos marca gol) aprovechó dos errores clamorosos de la zaga del Almería (que siempre llegan) para montar su particular fiesta.

Agradecer a Lucas Alcaraz sus mensajes y dedicación en la sala de prensa hablando de un buen Almería que lo fue en 45 minutos y luego aparecían los viejos fantasmas.

No nos llega para ganar en Gijón, Pamplona y Oviedo, como no nos dará para vencer en El Alcoraz al Huesca. Vamos a sufrir tela marinera porque fuera de casa no hay manera y lo fiamos todo al Mediterráneo.

Uno ve los dos goles que le mete el Oviedo al Almería y se da perfectamente cuenta de que estos tantos solo se los meten a un equipo capaz de dejar una autopista por la banda y no poner a nadie en el segundo palo por si falla René, que falló.

No seamos tontos. Uno se sienta cada partido del Almería a hacer radio esperando que aparezca cuando menos te lo esperas el fantasma de la ópera. Lo que Ramis llamó en su día “las desconexiones” o lo que bautizó Soriano como “los pequeños detalles”.

No hay manera de vivir un partido completo del Almería. Ni con Lucas Alcaraz.

Son 11 derrotas fuera de casa de este Almería sin cabeza.

Yo vi un buen Almería 45 minutos y dejé claro al Carrusel que si el Oviedo metía la 5ª lo pasaríamos mal.

No seamos tontos.