La pasada temporada los números de Ramis aparecían en la sala de conferencias del Estadio Mediterráneo y no por arte de magia. Alguien quería reivindicar la obra del preparador catalán ante la prensa. Misión cumplida vino para salvar al Almería y lo consiguió: muchas gracias mister.

Ahora, no ha pasado tanto tiempo, la hoja de servicios de Ramis vuelve a estar el blanco y la maleta preparada como corresponde a todo entrenador que se precie: mandan los resultados.

Por mucho equipo auxiliar que tengas, por buenos jugadores en el campo que te asistan, y por mucha palmadita en la espalda que te de el director deportivo: todo entrenador queda solo ante el peligro cuando empieza la Liga.

En el fútbol todo tiene un tiempo y el rollo se ha terminado en el mismo momento que empezó a rodar la pelota en Tarragona. Ese día volvía para quedarse la soledad del entrenador.

Le deseo al mister del Almería que nos deje otro folio mejor al final de la temporada porque será bueno para el Almería y muy bueno para él.

Ramis es un sumador y lo ha demostrado, pero tiene que acostumbrarse a los rigores de la Liga con todo lo bueno y malo que esto lleva consigo.

Habrá días de gloria y otros para tirarlos a la basura. Siempre estará el equipo a su lado, es suyo, pero los demás se pegarán a él en la medida que esa hoja de servicios se vaya completando con buenas notas.

El folio está en blanco y el rollo se ha terminado.

Le deseo un buen trabajo al mister, espero no tener que darle caña esta temporada. No es por él (nada personal), es por el Almería.

Deseo que se coma 42 jamones en el Almería y que cada semana coma con la plantilla en armonía.