Un Almería inoperante, cansado, hunde más los pies en el fango de Segunda. Era la oportunidad de demostrar que este equipo se merece continuar en la categoría, pero lejos de respirar, el conjunto de Luis Miguel Ramis ha demostrado los motivos de su peligrosa irregularidad esta temporada. Volvieron los viejos tiempos: gol tempranero, reacción tardía y mal balance ofensivo, con un Quique desesperado. El resumen del partido es claro: Kieszek, meta local, no intervino en ninguna ocasión.

Sorprendió Ramis con los cambios en el once titular, apostando por una banda izquierda Isidoro-Nano, cuanto menos sorprendente a tenor de las alineaciones del catalán. El objetivo era paliar los problemas no solo del partido anterior frente al Zaragoza, sino de todo el curso: encajar muy pronto. Ni por esas. El Córdoba supo jugar la denominada final por la permanencia, más compacto y con ideas en campo rojiblanco. A los doce minutos llegó el mazazo del que el Almería nunca se levantó: gol de Sasha Markovic y de nuevo la soga al cuello.
Cabe destacar que ese ímpetu y calidad futbolística que siempre ofreció este equipo con Ramis, desapareció por completo en El Arcángel. La primera parte resultó nula de principio a fin, con el goleador Quique desasistido a pesar de tener al mejor pasador de la plantilla, Pozo, sobre el terreno de juego.
Los optimistas esperaron a la vuelta de vestuarios para ver a su Almería, aunque resultó imposible. La entrada de Gaspar por un Isidoro desubicado en la izquierda aportó algo de profundidad, pero sin calidad. Un rival directo, con dudas en las últimas jornadas, ni siquiera sufrió un lanzamiento entre los tres palos. Derrota justa, de esas que escuecen no por el resultado, sino por la forma.

Acabó el encuentro y El Arcángel fue una fiesta. El Almería desaprovechaba una nueva oportunidad para salir del descenso y no es capaz de mantener una línea regular. A falta de ocho jornadas para el final ya no valen las ganas, el fútbol o los sistemas, sino sumar puntos, y con el 1-0 los rojiblancos continúan a contracorriente. 
El Córdoba no hizo el partido de su vida, sino que aprovechó el gol tempranero de Markovic para manejar tanto el juego como al Almería. Este golpe moral no lo esperaba nadie, máxime cuando posiblemente el conjunto de Ramis era el único de la zona baja que venía en progresión. Si dejas los deberes para el final cada error te condena, y este Almería vuelve a las andadas. Esta derrota tiene que escocer en el orgullo.