Una huella permite detener al ladrón de la iglesia de San Roque, un hombre de 61 años de fuera de Almería
Una huella dactilar permite identificar y detener al hombre, que provocó "daños desproporcionados" y llegó a defecar en la sacristía

Agentes de la Policía Nacional, ante la iglesia de San Roque.
Fue un robo extraño que la Policía Nacional ya ha resuelto. En la noche del 29 al 30 de octubre, alguien entró en la iglesia de San Roque, parroquia del barrio de Pescadería y robó. Para ello, forzó todos los accesos al templo y, una vez dentro, buscó efectivo en lampadarios y limosneros. Se llevó solo 30 euros y, tal y como destacaba la Policía Nacional desde el inicio de la investigación, sorprendían los "graves destrozos" provocados en el interior de la iglesia. En concreto, los agentes explican que los daños "fueron desproporcionados", constatándose incluso que el autor llegó a "defecar en la sacristía".
De entre los destrozos, destacaba una caja de llaves tirada en el suelo. En ella, los agentes de la Policía Nacional hallaron dos huellas dactilares distintas: una del propio párroco del templo y otra desconocida. Es ese vestigio lofoscópico el que, un mes más tarde, ha permitido identificar y detener al responsable del robo y los destrozos.
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Tal y como ha informado la Policía Nacional, el presunto autor sería un varón de 61 años con un total de 56 detenciones policiales previas, "muchas de ellas por hechos similares en templos de diversas provincias españolas".
De hecho, cabe destacar que el ladrón sería de fuera de Almería, tal y como han confirmado a LA VOZ fuentes próximas al caso. De ahí se explican ciertas cuestiones intrigantes del caso, como la elección de una parroquia humilde en un barrio como Pescadería, o el hecho de que solo se llevara efectivo, dejando sin tocar las joyas que portan imágenes como la Virgen del Carmen.
A partir de la identificación, el Grupo V de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Almería acordó su localización y detención, dictándose la pertinente requisitoria policial. Las primeras gestiones no dieron resultado hasta que, el 27 de noviembre, veintiocho días después del robo, agentes de la Policía Nacional destinados en la Comisaría Estación Sur de Madrid detectaron al sospechoso durante un dispositivo preventivo.
En el momento de la detención, los agentes localizaron en la mochila del arrestado dos destornilladores, herramientas compatibles con el modus operandi de los robos con fuerza que se le atribuyen. Las herramientas fueron intervenidas para su análisis.
El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Madrid para su posterior remisión a la autoridad judicial reclamante en Almería. La investigación continúa abierta para analizar su relación con otros robos cometidos en lugares de culto.