La Voz de Almeria

Sucesos

Tarot, sexo, móviles, chivatazos... la trama de Ana Julia en la cárcel

La investigación arroja datos coincidentes con la denuncia de Patricia Ramírez, madre del pequeño Gabriel asesinado por Quezada

Ana Julia Quezada, en la Audiencia de Almería en el juicio del Caso Gabriel.

Ana Julia Quezada, en la Audiencia de Almería en el juicio del Caso Gabriel.RAFA GONZALEZ

Simón Ruiz Carrillo
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Llamadas al tarot, teléfonos móviles en la cárcel a cambio de sexo, grabación de una docu-serie sobre el caso Gabriel, una amante residente en Barcelona… todo un cóctel de circunstancias rodean las investigaciones judiciales sobre el cumplimiento de condena de Ana Julia Quezada (prisión permanente revisable) en la cárcel de Brieva (Ávila) por la muerte del pequeño a finales de febrero del año 2018.

Fue hace ya casi un año cuando la madre de Gabriel Cruz, Patricia Ramírez, denunció que Quezada estaría usando un teléfono móvil para grabar entrevistas desde su celda para un documental sobre el asesinato del pequeño. Desde entonces, sobre todo en los últimos días, se han ido conociendo nuevos detalles. Esta misma semana trascendía que la condenada habría tenido acceso a terminales móviles a cambio de relaciones sexuales con empleados de la prisión y que incluso grabó imágenes para “chantajear” a la dirección de la cárcel y forzar su traslado a una prisión catalana.

Algunas de esas circunstancias quedaron escritas negro sobre blanco en una denuncia que presentó Ramírez Domínguez ante la Guardia Civil y que han desembocado en una investigación por parte de un juzgado de Ávila. Junto a ello, en la edición digital e impresa de El Periódico de Barcelona (Grupo Moll) de este jueves han aparecido nuevos detalles. “La novia de Ana Julia Quezada: una joven catalana que llamó al tarot y confesó toda la trama sexual que había en la cárcel”, fue el titular de la información firmada por los periodistas Vanesa Lozano y Luis Rendueles.

Según el relato, hace año y medio, en octubre de 2023 una llamada a un teléfono de consultas sobre tarot, videncia y futuro preguntaba sobre si podía prolongarse una relación amorosa. Una de las amantes era ‘Ana Julia, Piscis, 49 años’. Nadie sospechó en ese momento que se trataba de la asesina confesa de Gabriel Cruz. Mucho menos la vidente, que ha tenido que prestar declaración ante la Guardia Civil.

En posteriores llamadas, la novia de Ana Julia Quezada desvelaría que ésta disponía de un teléfono móvil y que estaba dispuesta a grabar imágenes para el true crime. Como anticipo, se revela en la citada edición digital, tendría apalabrada una cantidad de 20.000 euros.

Otros detalles desvelados coinciden con la información aportada este mismo miércoles por Patricia Ramírez en una rueda de prensa en la capital. “El teléfono móvil se guardaba en la casa de un funcionario de la cárcel de Brieva”. En la actualidad están bajo sospecha dos empleados del penal, un vigilante y un cocinero, ambos ya fuera de ese servicio profesional en Brieva.

Contó también la joven catalana en esas llamadas que el objetivo de Quezada era casarse con ella y así poder facilitar su traslado, primero a Cataluña, y después a su país de origen, República Dominicana. En El Periódico aparece este entrecomillado: “Cuando Ana necesita algo, se porta de forma muy amable y cariñosa. Cuando no necesita nada o cuando no le doy dinero, me trata muy mal, me castiga, no me llama o dice que me quiere dejar".

La chica y Ana Julia empezaron su relación de amistad en 2020 y la consolidaron dos años más tarde. Los encuentros vis a vis en la cárcel avilesa tuvieron una periodicidad mensual, según el citado rotativo. No fue, al parecer, su único amor entre rejas. Quería casarse con un ciudadano de origen vasco para trasladarse a Euskadi. Su obsesión era salir de Brieva, a donde llegó tras la condena por la Audiencia Provincial de Almería en el año 2019.

Y junto a ello, han aparecido informaciones sobre posibles chivatazos para que no se pudiera interceptar un teléfono móvil en la celda de Ana Julia Quezada o las relaciones sexuales con empleados de la cárcel. Todo está bajo investigación. Incluida la grabación del documental que, según Patricia Ramírez, tan solo está “paralizado” después de que ella denunciara su preparación. Se avanzó que se iba a emitir en Netflix, pero nadie lo ha confirmado ni lo ha desmentido.

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