¡Por fin se acaba la dichosa!
¡Por fin se acaba la dichosa!
Va a ser una tranquilidad volver a las pequeñas cosas del día a día. ¡Adiós a la campaña electoral más triste que hemos vivido los almerienses!. Dejar de escuchar a unos políticos que nos prometen el oro y el moro, que nos dicen lo buenos que son ellos y los malos que son todos los demás. No sé si se han dado cuenta, supongo que sí, pero ha bajado y mucho la capacidad dialéctica de los candidatos. O por lo menos los que han llevado la voz cantante de la pobre campaña. Se nota que hasta los partidos están en crisis. A algunos-as no les hemos entendido nada de lo que decían, y lo que entendíamos, era preferible que no lo hubieran pronunciado. ¡Hablan tan mal! Se ha ido empobreciendo mucho nuestra sociedad en estos años, y el reflejo nos lo dan los que nos quieren, a partir del domingo, representar a los almerienses en el parlamento andaluz. ¡Es una pena!. A los que nos queda todavía algo de memoria, y eso que los años no pasan en balde, recordamos a políticos de hace treinta, veinte años, los comparamos con los actuales, y nos dan unas tremendas ganas de llorar por el presente, y no hablemos del futuro. ¿Tan mal estamos? Yo pienso que no. ¿Entonces? Creo que los líderes actuales no quieren compañeros en sus listas que les hagan sombra. Y así va la política. Y por ende la campaña vivida. Por eso es mejor que se acabe , no les veremos hacer el ridículo ante un micrófono, o prometer historias que ellos mismos saben no van a ser nunca realidad. La tristeza es que los ciudadanos no les hacemos ni caso, por lo que no les vamos a recordar en el futuro todas las tonterías que nos han ofrecido para conseguir nuestro voto. Esa es la pena.