Si aún queda algún margen para la sorpresa, desde luego no se sabrá hasta el último momento. El acuerdo agrícola entre la UE y Marruecos al que tanto temen los productores de Almería tiene prácticamente todas las opciones de salir hoy adelante con las bendiciones del Parlamento Europeo, aunque endulzadas con algunas enmiendas que lo hagan algo más digerible a las áreas más afectadas. Los 754 miembros de la Eurocámara, reunidos en la sede de Estrasburgo, votan a partir de las doce de la mañana si ratifican el texto -que incrementa la entrada a Europa sin aranceles de productos sensibles para el campo almeriense, entre ellos el tomate- y lo harán con una importante fragmentación en sus filas. En los pasillos del Parlamento no se duda de que los 54 eurodiputados españoles votarán en bloque en contra, algo que no parecía tan evidente hasta hace relativamente poco. Al cambio de posición de los diputados socialistas, que hace un año sí apoyaban el acuerdo y ahora se opondrán, se suma en las últimas horas el "no" declarado de parlamentarios como los nacionalistas catalanes y vascos, adscritos al bloque liberal. Otra cosa es lo que harán las grandes mayorías parlamentarias. Ni populares ni socialistas españoles cuentan con el apoyo explícito de sus respectivos eurogrupos, donde se definen tanto una como otra opción de voto en función más bien de criterios territoriales. O, lo que es lo mismo, los parlamentarios de países del Mediterráneo se muestran abiertamente en contra, mientras que los del centro y norte de Europa se declaran abiertamente a favor de cerrar el acuerdo, que permitirá a Marruecos liberalizar el 70% de los aranceles de los productos agrícolas y pesqueros en un plazo de diez años. Grupos “rotos” Anoche mismo, los 189 eurodiputados del grupo socialista intentaban definir una postura común de voto sin que de la reunión saliera una idea clara. Lo que hoy menos va a funcionar en el hemiciclo del Parlamento va a ser la disciplina de voto de grupo, primarán las posiciones territoriales. "En esto los grupos políticos están rotos, hay composiciones diferenciadas", señala el eurodiputado español del PSOE Vicente Garcés. Ante la expectativa de un “sí” muy probable de la Eurocámara, que ya quedó perfilado en el debate del martes con la presencia del comisario Dacian Ciolos, las enmiendas que han introducido en las últimas horas los grupos (con diputados españoles firmantes) van encaminadas a intentar amortiguar en parte el impacto asegurado sobre las producciones hortofrutícolas mediterráneas. Así, el Grupo Popular plantea una modificación en la resolución conjunta del Parlamento Europeo para que la Comisión modifique el régimen de precios de entrada que ponga fin al fraude. “hay que modificar el mecanismo de precios de entrada para evitar esa laguna legal que permite a un país tercero no declarar convenientemente los precios que paga”, señala Esther Herranz, del PP. El PSOE, por su parte, presenta una enmienda en la que pide que se compense cualquier impacto negativo sobre los productores de la Unión Europea. “Pero no una línea presupuestaria de los fondos estructurales, sino una línea consignada para paliar los daños como se ha hecho con otros acuerdos internacionales”, matiza Josefa Andrés, eurodiputada socialista.