¡La sociedad civil!
¡La sociedad civil!
Todos miran ahora hacia la sociedad civil, todos ven en ella la solución a los problemas que nos atosigan. Hace falta, dicen ahora, que la sociedad civil asuma el liderazgo del país. Recuerdo aquellos tiempos en el que los partidos desactivaron a la sociedad civil, no les interesaba, estando ellos en el poder, que se levantaran voces en contra de unos partidos políticos que estaban usurpando a esa sociedad y sus cometidos. Ahora que se ha demostrado la nefasta política llevada a cabo durante los últimos años por los partidos y sus dirigentes, se vuelve a mirar a la sociedad civil y se le pide que se ponga manos a la obra para sacar a éste país de la dura situación en que encuentra. Los políticos, que no son tontos, con las subvenciones de unos dineros que decían no eran de nadie, le han arrebatado a esta sociedad sus ganas de lucha, de opinar, de estar en la vanguardia. Era más cómodo vivir a costa del dinero que daba el de turno (dinero que salía de nuestros bolsillos), reirle las gracias, aplaudir sus ocurrencias y acudir en su defensa cuando alguien le atacaba. Y así nos va: desarmados, derrotados y sin capacidad de movilización. ¡Menudo panorama! No es lo más complicado movilizar al personal, es convencerlo de que la única solución pasa por la independencia de ese movimiento, y ahí lo vamos a tener duro. La independencia la gana toda organización con dinero, ¿está dispuesta la sociedad civil a rascarse de nuevo el bolsillo? ¿Le dejarán los partidos que se organice? El movimiento Puerta del Sol lo intentó y no es que haya durado mucho la ilusión de una organización independiente de la sociedad civil. ¡Una pena!