El Sol de Portocarrero de Almería: el icónico símbolo mal nombrado durante décadas
Aunque el Sol es muy anterior al período del obispo Portocarrero, popularmente se ha atribuido a este obispo su autoría, aunque en la ciudad hay quienes prefieren llamarlo Sol de Villalán

Sol de Portocarrero en los exteriores de La Catedral de Almería
Un sol con cara humana de la que emanan rayos, unos ondulados y otros rectos. Todo ello rodeado de guirnaldas. Lo cierto es que si es almeriense, seguro que le suena y es que, a decir verdad, está en todas partes de la capital: en el suelo, en la fachada de uno de los edificios más emblemáticos de la popular calle Obispo Orberá o incluso incrustado en las cornisas de farolas y fuentes.
El bajorrelieve conocido como Sol de Portocarrero es uno de los iconos más característicos de la Catedral de Almería, y, por extensión, de toda la provincia. Para ser más exactos, su rostro antropomorfo y bordeando de cintas está situado en el paño exterior del testero de la Capilla del Santo Cristo, que da cobijo al sepulcro del Obispo Villalán, bajo cuyo episcopado se levantó, en el punto central de la girola. Y he aquí la nota discordante, porque todo apunta a que a día de hoy su denominación no es correcta.

Sol de Portocarrero
El autor de este sol fue Villalán, no Portocarrero
El error histórico data de mayo de 1968 cuando, siendo alcalde de Almería Francisco Gómez Angulo, se creó el Premio 'Sol de Portocarrero', enfocado al entonces naciente turismo. Como tal fue aceptado en la jerga popular almeriense aunque ya hace ya más de veinte años, Esteban Hanza demostró con datos fehacientes e irrefutables que el Sol que nos ocupa fue esculpido hacia 1550, siendo Obispo de Almería fray Diego Fernández de Villalán.
El historiador, Emilio Esteban Hanza, cronista oficial de Canjáyar, lleva una cruzada terminológica desde el año 2003 para reivindicar que este emblemático elemento, uno de los símbolos de Almería, que aparece en el escudo de la Universidad entre otros lugares, sea correctamente denominado tanto en la lengua oral como en la escrita y se destierre el erróneo nombre de 'Sol de Portocarrero'.
La mismísima Catedral de Almería confirma, a través de su página web, que está situado en el paño exterior del testero de la Capilla del Santo Cristo, que da cobijo al sepulcro del Obispo Villalán (bajo cuyo episcopado se levantó, en el punto central de la girola). Aunque el Sol es muy anterior al período del obispo Portocarrero, popularmente se ha atribuido a este obispo su autoría, y desde antiguo es denominado como Sol de Portocarrero.
Diferencias entre el Sol de Portocarrero y el Sol de Villalán
Según el texto publicado publicado por el historiador Emilio Esteban Hanza, en la página web de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, es cierto que el escudo de Portocarrero incluye un Sol, pero este ocupa una parte mínima del conjunto heráldico: aparece en el cuartel izquierdo, sobre un castillo.
En el cuartel derecho, en cambio, se representan los símbolos nobiliarios y las armas episcopales del Prelado. Por el contrario, el Sol del cubo de Villalán constituye una imagen única y de gran tamaño, sin ningún indicio de títulos nobiliarios, episcopales ni de otra índole.
Además, en el caso de Portocarrero, los rayos del Sol se unen directamente a la línea del rostro, mientras que en el Sol de levante existe una fina orla circular, del color del fondo, que separa los rayos de la cara propiamente dicha. Otro rasgo distintivo es que el Sol del cubo o de Villalán posee 36 rayos, mientras que el de Portocarrero solo cuenta con 16.
Observando con más detalle, el Sol de Portocarrero presenta trazos muy simples, con los rasgos faciales —ojos, nariz y boca— apenas definidos; en cambio, el de Villalán muestra una ejecución más cuidadosa, hasta el punto de asemejarse a un “cuasi retrato”. Finalmente, el Sol de Portocarrero lleva la inscripción “anno 1613”, mientras que el de Villalán carece por completo de fecha o texto alguno.
Su origen, en la Catedral de Almería
La situación de Almería a orillas del mar Mediterráneo convertía a la ciudad en blanco fácil de piratas berberiscos y argelinos durante el siglo XVI. El temor a sus ataques llevó a las autoridades eclesiásticas a concebir esta nueva catedral como una fortaleza protegida por un recinto amurallado.

Sol de Portocarrero de Almería
Esta idea presidió durante las obras de levantamiento de la Catedral a lo largo del siglo XVI, y los maestros que intervinieron en ella hubieron de ceñirse a este inusual carácter defensivo. Por ello, todo el perímetro queda circundado por anchos muros y robustos contrafuertes, con cubos en sus extremos. Hacia 1620 se refuerza toda la fábrica a través de mosquetes y arcabuces.