La abogacía almeriense sumaba en la mañana de este miércoles 15 de octubre, nuevas voces, nuevas miradas y, sobre todo, un renovado compromiso. En una ceremonia cargada de solemnidad, orgullo y emoción contenida, cinco letrados y letradas tomaron juramento —o promesa— como nuevos miembros del Ilustre Colegio de la Abogacía de Almería. Un acto que, más allá del protocolo, simbolizó el inicio de una etapa crucial: la de ejercer la defensa con rigor, ética y vocación de servicio.

El acto se celebró en la nueva sede del Ilustre Colegio de la Abogacía de Almería y comenzó a las 12:30 horas. Familiares, colegas y autoridades ocuparon la sala para acompañar a los nuevos abogados y abogadas en este momento tan importante de su carrera. Desde el inicio, se percibía la emoción y el entusiasmo de quienes asistían, conscientes de que estaban presenciando un paso clave en la vida profesional de los nuevos colegiados.

Entre los protagonistas de la jornada, destacó Andrea González Rodríguez, acompañada por su madrina, Josefa Ramos Márquez; Jesús Sebastián Góngora Matarín, con su padrino Antonio David Gómez Ponce; José María López García, junto a su madrina María Esther Navarrete Morales; María Ollo París, con el apoyo de María Dolores García Salcedo; y Francisco Julián Arévalo Ruiz de Castañeda, cuyo padrino fue su propio padre, Francisco Joaquín Arévalo Barazas, un gesto que arrancó sonrisas y aplausos entre los presentes y subrayó la dimensión familiar de la ceremonia.

El acto sirvió también para reconocer la trayectoria de profesionales que han dejado huella en la abogacía almeriense. Los Escudos de Oro, concedidos por cincuenta años de colegiación, fueron entregados a Jorge Luis Pérez Company, Antonio Frías Redondo, Tomás María Espinosa Peñuela, José Damián Téllez de Peralta, Juan Blas Martínez Sánchez, Manuel Castiñeiras Bueno y Francisco Moya Martínez.

Por su parte, los Escudos de Plata, que reconocieron los veinticinco años de ejercicio profesional de 67 letrados y letradas miembros del Colegio de Abogados de Almería, distinguieron a una veintena de colegiados y colegiadas, entre ellos Marco Antonio Romero Soriano, Rafael Soriano Román, Federico Manuel Orozco García, María Ángeles López Estrella y muchos otros, evocando décadas de dedicación y compromiso con la justicia.

El broche final fue la entrega del Premio “Decano Rogelio Pérez Burgos”, destinado al mejor expediente académico del Grado en Derecho durante el curso 2024-2025 y dotado con 600 euros. La ganadora, Amelia Sedeño Fernández, recibió su galardón de manos de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador Pérez, nieto del homenajeado y senador por Almería, en un momento cargado de emoción y aplausos, que subrayó la importancia de la excelencia académica y del talento joven en la profesión.

Cada juramento, cada aplauso y cada reconocimiento recordó que la abogacía no es solo una profesión: es una vocación, un deber y una responsabilidad con la sociedad.

Escudos de Oro

Escudos de Plata