La Voz de Almeria

Almería

Almería, bajo uno de los cielos de estrellas más bonitos de España

El Día Mundial de la Astronomía recuerda que la provincia es un paraíso para científicos y viajeros, con cielos limpios que inspiran ciencia y astroturismo

Vista nocturna de Calar Alto

Vista nocturna de Calar AltoJorge Fraxanet

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Poco a poco, la oscuridad se llena de luces que viajan desde hace millones de años para alcanzar este instante. Constelaciones que fueron brújula para navegantes, calendario para agricultores y hogar de mitos que aún hoy se siguen contando. En esa bóveda silenciosa caben todas las preguntas humanas: de dónde venimos, hacia dónde vamos, qué lugar ocupamos en el universo.

No en todos los lugares este espectáculo se muestra con la misma pureza. La mayoría de las veces la contaminación lumínica borra el firmamento y nos roba la memoria del cielo. Pero todavía quedan rincones donde la herencia de las estrellas permanece intacta, donde la Vía Láctea se despliega como un río luminoso que atraviesa la oscuridad. Lugares en los que el silencio y la noche parecen conjurarse para recordarnos lo pequeños —y a la vez lo infinitos— que somos.

Almería es uno de esos lugares privilegiados. Entre montañas que rozan los dos mil metros, desiertos que parecen de otro planeta y costas en las que la oscuridad protege el horizonte, el cielo no es solo un paisaje: es un patrimonio natural y cultural que inspira a científicos, turistas y soñadores. Y este fin de semana, por el Día Mundial de la Astronomía, celebrado cada 27 de septiembre, ese firmamento vuelve a recordarnos que mirar hacia arriba es una de las experiencias más universales y más humanas que existen.

Un cielo que es ciencia y patrimonio 

El cielo de Almería no es solo belleza. Es conocimiento. Es futuro. En la cima de la Sierra de los Filabres, a más de 2.100 metros de altitud, se alza el Observatorio de Calar Alto. Un gigante silencioso. El mayor de Europa continental, según el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Allí, telescopios de hasta 3,5 metros abren ventanas al universo. Con ellos se han seguido galaxias lejanas, cartografiado estrellas y descifrado misterios. El proyecto CALIFA (Calar Alto Legacy Integral Field Area survey), por ejemplo, permitió analizar casi 600 galaxias durante una década.

La doctora Ana Guijarro, astrofísica del centro, lo resume con una imagen poderosa: “La astronomía en Almería es un bien natural que se tiene como una mina de oro. El cielo aquí es excepcional: oscuro, limpio y sin apenas contaminación lumínica. Si el observatorio desapareciera, vendrían a construir otro, porque es un sitio privilegiado en el planeta”. Para ella, Calar Alto es motor y orgullo a la vez: “Todo lo que trae consigo un observatorio es desarrollo: ciencia, tecnología y prestigio para la provincia”.

El impulso del astroturismo

Pero el cielo almeriense no solo pertenece a los científicos. También atrae a viajeros que buscan experiencias distintas: noches en silencio, horizontes sin luces y un firmamento que se despliega como un espectáculo privado. En Cabo de Gata, el turismo ya no acaba cuando se esconde el sol. Talleres de fotografía nocturna, rutas guiadas y observaciones con telescopio se han incorporado a una oferta que crece año tras año. La guía ‘65 Los cielos más bellos de España’, de Miguel Ángel Pugnaire y Miguel Gil, sitúa este parque natural entre los enclaves más destacados del país para contemplar las estrellas.

En esa apuesta se enmarca Astronomía Cabo de Gata, la iniciativa que dirige el astrónomo Iñaki García. Su pasión nació en un curso de supervivencia en el que aprendió a orientarse solo con las estrellas. Desde entonces, mirar el cielo forma parte de su vida diaria. Como guía en la montaña y el mar, siempre sintió una conexión especial con el paisaje, y el firmamento se convirtió en un patrimonio que ahora divulga con entusiasmo. Diseña materiales propios, organiza talleres y busca que cada experiencia sea accesible, entretenida y enriquecedora.

Lo que tiene de especial Almería es que cuenta con Calar Alto como referencia científica y, además, con muchos cielos oscuros en la costa y en el interior. Tabernas, los Filabres o el propio Cabo de Gata son lugares únicos”, señala García. Para él, el valor turístico es indudable: “Un recurso como este apenas existe ya en el Mediterráneo. Aquí tenemos cielos despejados gran parte del año y eso nos convierte en un atractivo y un reclamo para que la gente venga”.

Almería bajo el cielo lleno de estrellas, la noche del apagón.

Almería bajo el cielo lleno de estrellas, la noche del apagón.Salvador Rovira

Planetarios que miran hacia el futuro

Y es que la astronomía no solo se estudia en los telescopios gigantes ni en las cumbres de los Filabres. También se vive a pie de calle, en espacios diseñados para acercar el universo al público. El Planetario Serón-Gérgal que dirige el astrofísico Raúl Martínez Morales se ha convertido en un referente de divulgación en la comarca. Y cada año suma nuevas actividades para que la astronomía deje de ser una ciencia lejana.

Martínez lo explica con claridad: “El Día de la Astronomía es una fecha que hay que conmemorar siempre, una forma de recordar al público que esta ciencia existe y que la divulgación es fundamental”. Este otoño preparan varios proyectos, para también recuperar la actividad astrónoma en Gérgal. El más ambicioso es la 'Escuela de Astronomía de Gérgal', con sesiones para adultos y niños: “Queremos que los asistentes aprendan desde lo práctico, con telescopios, cartas estelares y observaciones reales”. A ello se suma el programa ‘De Almería al universo’, pensado para familias, con talleres, visitas escolares y sesiones periódicas.

El propio Martínez recuerda por qué el cielo de Almería fue elegido hace medio siglo por expertos alemanes: “El cielo de Almería fue elegido hace 50 años por su climatología, por la limpieza de su atmósfera y porque ofrece muchas noches despejadas. Ese legado debemos cuidarlo”. Un mensaje que conecta la divulgación con la responsabilidad de proteger uno de los cielos más valiosos del sur de Europa.

Entre la ciencia y la emoción

Los números hablan por sí solos. Calar Alto registra entre un 70 y un 72 % de noches útiles al año, lo que significa que en la mayor parte del calendario las condiciones son favorables para observar el universo. En 2012 batió un récord histórico con 2.477 horas de uso de sus telescopios. Y en el rango infrarrojo, sus niveles de oscuridad lo sitúan entre los más competitivos del planeta, según estudios especializados.

Pero las cifras no bastan para explicar lo que sucede al mirar al cielo. Lo sabe Guijarro, que lo resume así: “El cielo de Almería es un patrimonio natural que debemos proteger. Es necesario que la sociedad entienda que este recurso no es eterno, que debemos cuidarlo de la contaminación lumínica”. Una llamada que conecta con lo que observa cada noche García en Cabo de Gata: “La gente se emociona cuando vuelve a ver la Vía Láctea. Descubren un paisaje que siempre estuvo ahí y que habíamos olvidado”.

Observación de estrellas con Astronomía Cabo de Gata

Observación de estrellas con Astronomía Cabo de GataAstronomía Cabo de Gata

Un cielo para celebrar

Este fin de semana, con motivo del Día Mundial de la Astronomía, planetarios, científicos y divulgadores ponen de nuevo la mirada en ese firmamento. Desde los telescopios de Calar Alto hasta las playas de Cabo de Gata, pasando por Tabernas y Gérgal, todo recuerda que Almería no solo es tierra de sol y desierto: también es un observatorio natural, un destino de astroturismo y un faro para la ciencia.

Porque al caer la noche, cuando la oscuridad se llena de estrellas, todo vuelve a su origen. El mismo gesto que guiaba a pastores y navegantes, el mismo asombro que encendía mitos y leyendas, la misma emoción que hoy nos acerca al universo. En Almería, mirar al cielo no es solo contemplar un paisaje: es reencontrarse con la esencia de lo humano, con el vértigo de lo infinito y con la certeza de que seguimos formando parte de las estrellas.

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