¿Hay lucha por el agua de Almería entre turistas y agricultores?
Las balsas de Níjar ya están casi secas y la llegada de turistas multiplica el consumo de la desaladora de Carboneras; los regantes piden que se potabilice para beber el agua del Tajo-Segura

Cosecha seca de cereal al norte de la provincia de Almería.
Los regantes de Níjar han lanzado una llamada de socorro por la incertidumbre en el abastecimiento de agua para el riego de la campaña venidera. Sobre todo porque el incremento poblacional en el Levante almeriense por la temporada vacacional hace que el consumo de la desaladora de Carboneras se mutiplique. “Tenemos las balsas casi vacías y de esta manera las plantaciones no están garantizadas para las necesidades que tenemos”, argumenta Antonio López Ubeda, presidente de la Comunidad de Usuarios de la Comarca de Níjar.
La organización agraria Coag ha transmitido su inquietud por la escasez de recursos hídricos en el Levante de la provincia de cara a la próxima campaña hortofrutícola. El colectivo se ha reunido con el delegado territorial de Agricultura, Antonio Mena, y le ha solicitado su colaboración para acelerar la búsqueda de alternativas para dar respuesta a los recursos urbanos del Levante almeriense. En este sentido, según ha explicado el secretario Provincial de COAG Almería, Andrés Góngora, al término del encuentro: “Nos han trasladado que hay proyectos, incluso algunos ya puestos en marcha como la posibilidad de usar el agua del trasvase Tajo-Segura, potabilizándola previamente, así como el recurso de una planta desaladora privada que hay en el levante almeriense. Si no se agilizan las obras necesarias para que ambas medidas sean materializadas, la situación va a ser crítica. Si se consiguen, la situación en Níjar puede verse aliviada. Pero no se puede obtener una garantía en firme, así que la preocupación sigue ahí”.
En los últimos años los cortes de agua, procedentes de la desaladora de Carboneras, en esta comarca, han sido recurrentes pues se produce una tensión en el consumo derivado del aprovechamiento para los usos urbanos y de la industria turística.
En este sentido, COAG Almería coordinó una reunión hace unas semanas con los principales responsables de Acuamed, empresa gestora de dicha desaladora, en la que se puso en conocimiento de la organización agraria que la infraestructura se encuentra funcionando al 92% de su capacidad, con 11 de los 12 bastidores disponibles en pleno rendimiento, por lo que se halla al límite de sus posibilidades de abastecimiento.
Dado este inquietante contexto, y de cara a aliviar la presión existente sobre la desaladora, junto a las dos medidas ya anunciadas, los responsables de Agricultura han informado de una tercera solución, a través del aprovechamiento de la planta Mar de Alborán -antigua Rambla Morales-, “una planta desaladora, privada, que, desde luego, no es el modelo de COAG, pero que también puede aliviar la situación de cara a esta nueva campaña aunque también nos han confirmado que está produciendo muy poca agua y que su empleo está determinado a la finalización de unas obras que se están llevando a cabo en las instalaciones sobre cuyo plazo no existe una garantía en firme”, explica Andrés Góngora, desde la organización agraria.
También se han abordado otras situaciones relacionadas con la comarca del Poniente almeriense, especialmente para los municipios de Adra y El Ejido. Todo indica que para garantizar el regadío en estas zonas hay que recurrir a aguas no convencionales, y más en concreto al abastecimiento proporcionado por las EDAR de Roquetas y de El Ejido, “ambas plantas se encuentran ya en funcionamiento.
Pero, en este sentido, desde COAG exigimos, de forma clara y firme, que ese aprovechamiento no suponga un encarecimiento del agua para los agricultores. No puede ser que estemos proporcionando una doble vida a un recurso que, en caso contrario tendría que ser vertido al mar, y, sin embargo, se nos penalice con un sobrecoste de producción”.
La potabilizadora de Cuevas del Almanzora, inaugurada hace unos meses, es una de las esperanzas de los regantes del Levante y de Níjar, puesto que podría servir como alternativa para hacer potable el agua del Tajo Segura para consumo humano. Así se podría dejar mayor cuota de la desaladora de Carboneras para riego.