Treinta y cinco años después de su fundación, la asociación NOESSO (No Estás Solo/a) se ha consolidado como un referente en la atención y apoyo a personas en situación de vulnerabilidad en la provincia de Almería y más allá. Juan Sánchez Miranda, presidente de la entidad y uno de sus fundadores, repasa la trayectoria de una organización que ha atendido a más de 35.000 personas y que, lejos de conformarse, sigue ampliando su campo de acción para dar respuesta a nuevas realidades sociales.

NOESSO nació a finales de los años 80, en un contexto marcado por la alarma social generada por la irrupción de la heroína. “La gente caía en la droga y se destruían, a sí mismos y a su familia. Tuvimos que despedir a muchas personas”, recuerda Sánchez Miranda. 

La asociación surgió como una respuesta colectiva ante una problemática que desbordaba a familias, instituciones y ayuntamientos. “No había recursos para darle respuesta a lo que estaba pasando. Fueron momentos fundantes porque le pusimos nombre a lo que nos estaba pasando y abrimos una puerta y una ventana de esperanza para personas y familias que se sentían absolutamente impotentes”.

Aquellos primeros años estuvieron marcados por la incertidumbre y la falta de experiencia, pero también por la implicación de toda una comarca. “Conseguimos que todas las parroquias y ayuntamientos se implicaran. Fue muy bonito poder ofrecer algo a familias desbordadas por las adicciones, ver cómo, en muchos casos, las personas lograban rehacer sus vidas”.

Enfrentar nuevas realidades

Con el tiempo, NOESSO fue ampliando su ámbito de actuación. Si bien la atención a personas con adicciones sigue siendo uno de sus pilares, la asociación se ha especializado también en el trabajo con menores con trastornos graves de conducta y jóvenes en riesgo de exclusión social.

“Nadie tiene garantizado que va a dar pie permanentemente. Hay algún momento en el que todos podemos perder el equilibrio”

“Desde la Administración nos pidieron abrir el primer centro en Almería para chicos con trastornos graves de conducta. Así nació el centro Paco Fernández, que sigue funcionando. Más tarde, abrimos otro para jóvenes en conflicto social, con el objetivo de que puedan volver a su entorno familiar y a una vida normalizada”.

Inserción laboral

En los últimos años, la asociación ha detectado que la baja empleabilidad es uno de los factores que más contribuyen a la vulnerabilidad social. Por ello, han puesto en marcha un área de inserción laboral que atiende a más de dos mil personas al año. “Hacemos un trabajo de orientación, formación y mediación con empresas. No se trata solo de encontrar un empleo, sino de preparar a la persona, levantar su autoestima y dotarla de herramientas para que pueda mantenerse en el mercado laboral”, apunta el presidente de NOESSO.

La colaboración con más de un centenar de empresas, desde grandes compañías a pequeños negocios familiares, permite a la asociación ofrecer prácticas y oportunidades reales de empleo a quienes más lo necesitan. “Nuestro objetivo es que se supere la vulnerabilidad a través de la inserción laboral”, subraya.

Un balance de 35 años

A lo largo de estas tres décadas y media, NOESSO ha dejado huella en miles de familias. Aunque no todos los casos han tenido un final feliz, muchas personas han conseguido rehacer su vida gracias al apoyo recibido. “Hay familias que las adicciones se las han llevado por delante. Pero hay muchas otras que han tenido la oportunidad de levantarse, emprender negocios y recuperar su vida. Aún me sorprendo cuando alguien me ve y me asegura que le salvé la vida, aunque yo no lo recuerdo”.

El presidente de NOESSO, que hace menos de un año pasó de director a presidente, considera que una simple vida compensaría treinta años de trabajo y que todo el mundo tiene salvación: “Nadie tiene garantizado que va a dar pie permanentemente. Hay algún momento en el que todos podemos perder el equilibrio”.