La Voz de Almeria

Almería

"Cuando salía el féretro del Papa creí que me iba a echar a llorar"

El obispo de Almería despide al Papa Francisco en el funeral diocesano celebrado en la Catedral

Juanjo Leal

Álvaro Hernández
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Tras tener que ser aplazado por el apagón, el funeral diocesano por el fallecimiento del Papa Francisco se celebraba en la tarde de este martes en la Catedral de Almería en una misa presidida por el obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero. 

En su homilía, el obispo mezcló algunas experiencias personales con el Papa Francisco con enseñanzas dejadas por el pontífice argentino. Así, Gómez Cantero reconocía que “cuando salía el féretro del Papa de la Basílica de San Pedro creí que me iba a echar a llorar, pero me acordé las veces que he estado con él en su apartamento y nos reíamos de los golpes de gracia que tenía”.

De su relación con el Papa Francisco extrae que “escucharle era una experiencia de paz. A lo largo de la conversación iba como desbrozando de malas hierbas, espinas y piedras las páginas del Evangelio. Sonaba todo a nuevo. (...) Su sencillez era profunda, de verdades eternas. Se gozaba en su presencia”. 

De sus palabras, se queda con algo histórico: “Nos ha quedado en los oídos su grito: en la Iglesia cabemos todos, todos, todos”.

Sentido del humor

Contó el obispo en su homilía en el funeral que un día llegó a preguntarle al propio Papa Francisco por su sentido del humor. "Un día le pregunté que cómo aguantaba tantas críticas e insultos. El humor nos salva, me dijo. La gente que va como vendiendo vinagre por el mundo no nos puede ni debe amargar la vida. Las personas de fe reparten alegría, porque tienen esperanza. Los que se piensan ilustrados porque creen saberlo todo, pero son incapaces de misericordia y empatía están perdiendo la vida", relató Gómez Cantero. 

Sobre su capacidad de orar, Gómez Cantero recordó que "sabemos que el Papa Francisco dedicaba a la oración dos horas diarias". Respecto a esto también le preguntó en su momento al pontífice argentino: "Le dije que yo me aburriría, a veces me cuesta tan solo media hora, porque me despisto pensando en las cosas que tengo que hacer. Se echó a reír de nuevo. Me miró con ternura (como diciendo, pobrecillo) y me dijo: no es cuestión de decir palabras. Es cuestión de escuchar. Prueba una hora diaria y olvídate de todo, saldrás ganando", recordaba en su homilía el obispo.

¿Y lloró el obispo? En el final de su homilía desvelaba Gómez Cantero cómo fue su despedida del Papa Francisco, en el funeral celebrado en el Vaticano y al que acudió acompañado del vicario general de la Diócesis de Almería, Ignacio López Román:

"Cuando terminó la celebración y regresaron el féretro a San Pedro, para llevarle desde allí a su sepultura, hubo un movimiento del grupo de los obispos para acercarnos, logré adelantar por un lateral y ponerme en primera fila y al verle pasar a hombros de los gentilhombres, entonces le susurré el nombre de algunas personas que me pidieron le dijera, cuando estuviera cerca de él, ¡cuánto le querían!… y ya, con las lágrimas en los ojos, le dije: mi querido Papa Francisco, gracias por todo lo que has querido a nuestra Iglesia de Almería".

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