La Voz de Almeria

Almería

El Acebuche pierde más de la mitad de su personal de prácticas: solo 8 de 20 funcionarios se quedan

El nuevo sistema de asignación rompe con la permanencia habitual de los funcionarios en prácticas en los centros de cabecera

Centro penitenciario de El Acebuche. Foto de archivo.

Centro penitenciario de El Acebuche. Foto de archivo.Europa Press

Víctor Navarro
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El Centro Penitenciario de El Acebuche vuelve a tener que ajustar sus cuentas respecto al número de personal tras conocerse el reparto definitivo de los funcionarios en prácticas de la promoción 2024. De los 20 que realizan parte de su formación en este centro almeriense, finalmente permanecerán solo 8. Una cifra considerada insuficiente por algunos sectores del funcionariado del El Acebuche para cubrir con estabilidad la carga operativa de un centro que alberga un total de 869 internos.

El sistema de formación y asignación de funcionarios en prácticas ha experimentado una remodelación significativa en los últimos años, lo que afectaría a la planificación de recursos humanos en centros penitenciarios como El Acebuche. A diferencia de años anteriores, donde los funcionarios que realizaban su formación en centros de cabecera, como la prisión almeriense, permanecían allí hasta concluir su periodo de prácticas, ahora el proceso es diferente.

Hasta ahora, el proceso formativo de los nuevos funcionarios constaba de varias fases: una primera etapa teórica centralizada en Cuenca, seguida por una segunda fase en centros de cabecera repartidos por toda España, entre ellos El Acebuche. Estos centros actuaban como espacios de formación práctica. Finalmente, en una tercera fase, los funcionarios pasaban a estar destinados, como funcionarios en prácticas, en diferentes centros del país, normalmente en los mismos donde ya habían estado formando parte del equipo.

Destino antes que nada

Sin embargo, el nuevo sistema introduce una novedad clave: los funcionarios deben solicitar destino antes de terminar la formación, lo que significa que su presencia inicial en un centro ya no garantiza que se queden una vez finalizado el periodo formativo.

La intención de este nuevo modelo sería flexibilizar la distribución en función de las necesidades nacionales. No obstante, desde dentro de las prisiones, la lectura es distinta, para algunos sindicatos de funcionarios de prisiones como ‘Tu abandono me puede matar’ (TAMPM) consideran que este cambio propicia un conflicto a la hora confeccionar la plantilla, perdiendo capacidad de planificación y continuidad en los equipos.

En años anteriores, explican desde TAMPM, si un centro recibía 15 o 20 funcionarios, podía contar con que la mayoría de ellos continuarían allí durante el resto de su formación, lo que facilitaba la planificación operativa.

La falta de certeza sobre la permanencia de los funcionarios afectaría de manera directa a la capacidad de los centros para planificar adecuadamente los recursos humanos. "Todo esto estaba más o menos visto con una dotación de 20 compañeros. Entonces, esa ha sido nuestra gran sorpresa porque, de hecho, nosotros, junto con otros sindicatos, nos habíamos sentado y habíamos visto la planificación del verano, la distribución de efectivos, etcétera, con un personal que eran estos 20 compañeros. La sorpresa ha sido que inicialmente se van a quedar ocho y tenemos que afrontar todo un nuevo año con esa dotación, hacer frente a todas las situaciones administrativas". Explican desde TAMPM.

El sindicato denuncia que la falta de una dotación adecuada afecta no solo la eficiencia operativa, sino también la seguridad y la calidad del servicio que se presta a los internos.

Una RPT repleta

La situación se ve aún más complicada por la rigidez de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) dependiente del Ministerio de Hacienda, que establece el número de plazas máximas que un centro penitenciario puede tener. En El Acebuche, la RPT está oficialmente cubierta, lo que impide la creación de nuevas plazas, incluso cuando la carga de trabajo ha aumentado o cuando existen situaciones temporales como bajas, jubilaciones o traslados a segunda actividad.

Este problema radica en que la RPT debe ser aprobada por el Ministerio de Hacienda, y modificarla no es un proceso fácil ni rápido. Como resultado, el centro no puede adaptarse con agilidad a las necesidades inmediatas, lo que perpetúa la escasez de personal

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