Elmokadin había salido en el ferri desde Nador a Granada, Sekouy partió de M’bor, El Mgari, trabajador fronterizo o Ibn Luyun, agrónomo de profesión, distintos nombres, nacionalidades y circunstancias, relacionadas por un denominador común: son historias que se acaban en el mar dejando sólo eso...historias.  O quizás ni eso. Y es que, el mar sigue siendo el gran cementerio que divide el continente africano con la rivera sur de Europa, y las costas de Almería son uno de sus nichos con lápidas anónimas.

Cada año, miles de personas intentan cruzar en embarcaciones de goma de de y 140 CV de potencia, sin seguridad, sin combustible suficiente y con patrones sin experiencia.

En 2024, un total de 64.048 personas llegaron a España por vía marítima, la mayoría de ellas de origen argelino (78,05%), seguidas por migrantes subsaharianos (11,91%) y marroquíes (4,33%). Sin embargo, muchas otras quedaron en el camino. De ese total, 4.265 alcanzaron las costas de Almería, según el Informe Frontera Sur 2025, elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). Esta cifra supone un descenso del 32,57% respecto al año anterior, cuando se registraron 6.325 llegadas a la provincia.

Muertes 

La ruta de Alborán sigue siendo una de las principales travesías, tanto por su importancia para llegar a la provincia como por los peligros que la caracterizan. Al mismo tiempo, la ruta argelina gana popularidad y se destaca por su alto riesgo, siendo considerada por la Policía Nacional como la más traumática. Diariamente, este mercado negro del transporte mueve entre 2.000 y 4.000 euros por pasaje, cifra que se duplica en el caso de las embarcaciones más rápidas que zarpan desde Argel, Orán, Mostaganem y Chlef.

El objetivo es sencillo: llegar lo antes posible y de la mejor manera, sin ser detectado. Sin embargo, en ocasiones, esos planes no salen como se esperan, dejando tras de sí tragedias. Concretamente, en Almería, han sido 27 las personas desaparecidas y 26 las fallecidas en estas travesías, lo que supone un incremento de 24 y 13 personas, respectivamente. Números que se reflejan en los informes que describen el hallazgo del cadáver de una persona en las playas de Níjar, la muerte de una persona de origen magrebí al bajar de una patera en las costas de Adra, o el fallecimiento de un migrante en el hospital de Torrecárdenas después de ser trasladado a Almería desde la isla de Alborán.

En 2024, según el Informe Frontera Sur, llegaron a las costas de Almería 357 pateras, lo que representa un descenso del 37,91% en comparación con las 575 embarcaciones registradas en 2023. A pesar de esta disminución, cada semana continúan desarrollándose procesos judiciales relacionados con redes de tráfico de personas, una actividad delictiva contra los derechos de los ciudadanos extranjeros que se ven obligados a recurrir a estas peligrosas travesías en busca de algún futuro.