La agricultura almeriense no tiene miedo a las normas
Los regantes afirman que se adaptarán a cualquier exigencia

Una de las balsas de la depuradora de El Bobar
La agricultura almeriense sigue demostrando que puede con todo y que ninguna de las reformas que se anuncian es capaz de detener la maquinaria de la producción, de la comercialización o del uso más adecuado de los recursos disponibles.
El nuevo sobresalto llega de nuevo desde los despachos de la Unión Europea, donde se prepara una directiva que intensifica las medidas de control para el uso en la agricultura de las aguas procedentes de las plantas depuradoras.
Revuelo
El simple anuncio del endurecimiento de los requisitos sanitarios y de calidad aplicables a esas aguas ya ha generado inquietud en los regantes de varias zonas del país. Sin embargo para la Federación de Regantes de Almería (Feral) no parece representar mayor problema, salvo por el hecho de que puede provocar un encarecimiento del precio del agua.
El presidente de Feral, José Antonio Fernández, entiende que pueda haber una cierta preocupación porque el nivel de exigencia será mayor de salir adelante la propuesta de la Comisión Europea, pero asegura que en Almería “cumpliremos con esas exigencias porque por encima de todo está la calidad y salubridad de las aguas de riego”.
Adaptación
Fernández asegura que las comunidades de regantes de la provincia tienen la firme voluntad de cumplir con todas las normas y todas las exigencias legales, porque las entendemos como una forma de garantizar la calidad de las aguas, la seguridad de los productos y la salud de los consumidores, y eso es un nivel de exigencia que nos hemos marcado desde hace muchos años”.
En ese contexto, no alberga ni la menor duda de que la agricultura almeriense cumplirá con todas las normas, por duras que puedan parecer, “porque por encima de todo está la seguridad de nuestras producciones”.
Desde Murcia, por ejemplo, esa aceptación no es tan tajante y, de hecho, la Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (Esamur) se advierte que las nuevas normas pueden poner en peligro el uso del caudal de aguas depuradas de la región, que se estima en algo más de cien hectómetros cúbicos anuales. Hay que señalar que los murcianos son los que mayor volumen de agua depurada reutilizan en sus regadíos.
Exigencia
En cualquier caso los productores almerienses están demostrando en los últimos años no tener miedo alguno a las normas que puedan aplicarse a insumos de tanta importancia como el agua, en las que se refieren a los residuos o al aprovechamiento de los restos vegetales del sector hortofrutícola.
Las reformas que se plantean son asumidas y, de hecho, se considera que muchas de ellas acabarán por beneficiar al sistema productivo almeriense porque, desde hace años, aplica ya metodologías que están en la línea que está siguiendo la Comisión Europea tanto en lo que se refiere a aguas o residuos como las que abocan al sector a la agricultura ecológica o el desarrollo de la economía circular.