Es un encantador pueblo blanco conocido por ser la localidad más pequeña de Andalucía, con una población de tan solo 60 habitantes. 

A una altitud de 945 metros y con una superficie de 6,39 kilómetros cuadrados, este pintoresco municipio almeriense ofrece a sus visitantes impresionantes vistas de las montañas de la sierra de Los Filabres y su paisaje semiárido.

Sus orígenes se remontan al siglo XIII, durante la formación del Reino Nazarí de Granada. Su nombre proviene del árabe ‘Banu Taglab’, que significa ‘hijo de Taglab’, en referencia a una de las prominentes familias bereberes que habitaron la comarca en aquella época. Esta herencia árabe se refleja en la arquitectura y el trazado urbano del municipio, conservando una esencia que transporta a tiempos pasados.

Debido a la escasez de agua característica de la comarca, la economía tradicional de la actual Benitagla se ha basado en cultivos de secano como la cebada, los almendros, los olivos y las viñas, que no requieren irrigación. Además, durante la época musulmana, se cultivaron moreras para impulsar la industria de la seda en la región de Almería.

Benitagla cuenta con varios puntos de interés. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Piedad, construida en el siglo XVII, es el principal monumento arquitectónico de Benitagla. De estilo sobrio, refleja la historia rural de la región y es el epicentro de las festividades religiosas locales.

Otro aspecto interesante para ver son las casas de Benitagla, que fueron labradas de losa y tierra, y por tejas lasas de pizarra, manteniendo su estructura original desde el siglo XVI. Estas edificaciones representan auténticos tesoros históricos.

También está la conocida como “la plaza del pueblo”, de nombre plaza de la Virgen del Rosario, un lugar ideal para relajarse y disfrutar del tranquilo ambiente tranquilo de este encantador pueblo almeriense. 

Anteriormente, los visitantes debían conformarse con descansar en los bancos de la calle, ya que no había ningún bar en la localidad. 

Sin embargo, desde hace algunos meses, Benitagla cuenta con su primer bar-tienda, ‘Henko’, que se ha convertido en un espacio social esencial para vecinos y visitantes, fomentando la interacción y la cohesión comunitaria.

La inauguración del bar-tienda no solo ha proporcionado un punto de encuentro para los habitantes, sino que también ha contribuido al crecimiento demográfico del municipio. En los últimos seis meses, Benitagla ha experimentado un incremento de 14 nuevos residentes, incluyendo parejas jóvenes que han decidido establecerse en el pueblo.